SER JOVEN Y VIVIR COMO VIEJO

Por: Alberto Luzárraga


CARTAS A CUBA:


A diario pienso en Cuba y en su pisoteada juventud. Y digo pisoteada porque no hay nada más triste que ser joven y tener que vivir como viejo. ¿Que quiero decir? Pues muy sencillo. La senectud se caracteriza por la espera. Se espera que otro haga las cosas que el anciano no puede hacer: que me lleven aquí o allá, que fulano me visite, que el médico me reciba, que llegue el cheque del retiro y así infinidad de cosas hasta que en fin se espera la muerte.

Y muerte espiritual y vejez prematura es la que Castro le ha recetado a la juventud cubana que espera por todo. Espera un puesto acorde con su capacidad, que no llega; una libertad de desarrollarse que no se concede, una libertad de pensar y exponer sus ideas que es tabú, una oportunidad de mostrar lo que vale que se estima peligrosa fuera de los cánones oficiales. Cánones impuestos por un grupo de ancianos egoístas y sicofantes del anciano en jefe resentido y maquiavélico.

El anciano en jefe por cierto se finge de campeón de la juventud cuando le conviene y escoge a algunos jóvenes tan ambiciosos como poco previsores para que le hagan su juego. Son poco previsores porque se apuntan en una novena que va destinada al fracaso.

¿Creen ustedes (los relativamente pocos que se apuntan en esta novena) que en el mundo del siglo XXI va a funcionar el modelo castrista? Si lo creen entonces también deben creer en Blanca Nieves y los siete enanitos (los siete están en el partido por cierto) ¡Que despilfarro de talento! Porque lo cierto es que los jóvenes cubanos que se exilian progresan a pesar de todas las cargas psicológicas que el régimen les ha impuesto.

Lo cual quiere decir que el talento y la disposición están ahí, a flor de tierra y solo hace falta un poco de cultivo en terreno fértil para que de fruto abundante.

En algún momento una toma de conciencia colectiva va a sobrepasar a la individual que ya existe y que se manifiesta en el deseo de emigrar. No todos pueden ni deben emigrar. ¡ Que mejor cosa que progresar en la propia patria! Y esto se puede hacer de sobra.

Lejos de ser un país pobre y subdesarrollado como Castro no se cansa de repetir Cuba es país privilegiado para muchas cosas tanto por su posición geográfica, como por su clima, su gente y excelente suelo. De esto hablaremos en otra carta y en más detalle.

Por ahora que algo les quede claro: No hay cosa que tema más el régimen que la concreción de esa toma de conciencia colectiva. Esa en que la juventud diga: Basta de robarme mi juventud. No pueden prendernos a todos. Los mismos que nos deben prender son jóvenes y en buena parte piensan como nosotros. Dirán: ¡BASTA! y esa sola palabra hará caer el tinglado, que es un tinglado de viejo marrullero y fanfarrón.

Un tinglado carcomido y endeble disfrazado de fortaleza porque todo lo que no tienen el anciano en jefe y los ancianos sicofantes de fuertes, lo tienen de astutos.

Pero ese invento de la manipulación del viejo sobre el joven tiene una vida útil limitada. Ustedes tienen su manos el límite y ya llegó el momento de hacerlo valer.

¡Entereza y esperanza!

FIN


Alberto Luzarraga


Éste y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

www.amigospais-guaracabuya.org