HERENCIA CUBANA EN EL BEISBOL

por Angel Torres


Siempre que se acerca una fecha patriótica como el 20 de Mayo, pensamos en el aporte que el béisbol cubano hizo con relación a la lucha por la libertad de Cuba. Debido a la guerra por la independencia, no se celebraron varios campeonatos y muchos peloteros cambiaron el bate por un machete para ayudar en la lucha armada.

El ex manager y jugador Emilio Sabourín, murió deportado en las misiones españolas de Ceuta y al iniciarse los combates, casi todos los hijos de cubanos que jugaban béisbol en Cayo Hueso, embarcaron rumbo a la isla a pelear, como miembros de la expedición del General Nuñez, quien desembarcó en Palo Alto.

Mucho antes de producirse la libertad de Cuba y cuando aún nadie conocía de la existencia del béisbol, Esteban Bellán se convirtió en 1871, en el primer pelotero extranjero, cubano y latinoamericano en jugar en las Grandes Ligas y desde ese momento le demostró al mundo quienes fueron los pioneros, seguido por Sandy Nava en 1882.

Aunque ustedes no lo crean, en el mundo deportivo aún existen cronistas deportivos, que por ignorancia o mala intención, se mantienen diciendo que el colombiano Luis Castro (quien en realidad era venezolano), fue el primer latinoamericano en jugar en los circuitos grandes, aunque si lo fue en la era moderna del béisbol.

Entre fines del siglo 19 y principio del 20, los cubanos enseñaron el deporte de las bolas y los strikes en México y en todo el Caribe, incluyendo a Venezuela, República Dominicana y Puerto Rico, con la excepción de Panamá. Ahora estaremos de capa caída a causa de nuestro problema político, pero lo que nadie nos puede quitar es que fuimos los primeros en casi todos los renglones del juego.

Adolfo Luque fue el primero en participar y obtener un triunfo en un Clásico Otoñal y reinamos en las Series Mundiales Amateurs y las Series del Caribe, donde ganamos las últimas cinco consecutivamente.

De no ser por el régimen que desgobierna a la isla esclava, estaríamos desde hace años en las Ligas Mayores, pues los Cubanos Reyes del Azúcar (Cubans Sugar Kings) de la Liga Internacional en la Triple A, estaban señalados para integrar las Grandes Ligas antes que Montreal y Toronto, bajo el lema: “UN PASO MAS Y LLEGAMOS”. Han transcurrido 48 años y ningún otro país latinoamericano ha logrado tener un equipo de clasificación Triple A.

Los cubanos que han desfilado por los circuitos mayores a través de la historia, no han sido el producto de ningún sistema político, sino que constituyen la HERENCIA de los peloteros de antaño como Luque, que ganó 27 encuentros en la temporada de 1923 con los Rojos de Cincinnati, la mayor cantidad jamás alcanzada por un serpentinero latinoamericano y José de la Caridad Méndez, que le colgó 25 ceros a los Rojos de Cincinnati, Eustaquio “Bombín” Pedroso, quien lanzó un juego sin hit de diez entradas contra los Tigres de Detroit en 1909; Juanito Decall y Juan Eckelson, quienes siendo verdaderos amateurs vencieron a los Medias Rojas de Boston y Gigantes de Nueva York respectivamente. Rodolfo Fernández que derrotó a los tres equipos de Grandes Ligas a los que se enfrentó, al igual que hizo el zurdo Agapito Mayor en dos oportunidades, tal como lo hicieron Ramón Bragaña, Basilio “El Brujo” Rosell, Julio “El Jiquí” Moreno, Conrado “El Premier” Marrero, Silvino Ruiz y otros que vencieron a novenas de los circuitos mayores en Cuba.

Miguel Angel González (provisionalmente) y Preston Gómez (oficialmente), fueron los primeros latinoamericanos en dirigir conjuntos de Grandes Ligas; Minnie Miñoso y Marrero, los primeros junto al venezolano Alfonso “Chico” Carrasquel, en participar en un Juego de Estrellas; Sandalio “Potrerillo” Consuegra el primer campeón de los lanzadores en la Liga Americana; Camilo Pascual, el primero en ponchar a 15 bateadores en un desafío y ganar 20 partidos en dos años seguidos; Tony Oliva, el primero en conquistar la corona de los bateadores en sus dos primeras campañas; Bert Campaneris el primero en jugar las nueve posiciones en un partido; Zoilo Versalles el primero en ser seleccionado el Jugador Más Valioso de la Liga Americana y además integrar junto a Tony Oliva y otros tres peloteros de los Mellizos de Minnesota, el primer quinteto en anotarse cinco cuadrangulares en una entrada.; Luis Tiant el primero en ponchar a 19 bateadores en un choque, además de anotarse la primera blanqueada en un Clásico Otoñal y ganar junto al zurdo Mike Cuéllar, la friolera de 20 encuentros en cuatro oportunidades distintas; Tony Pérez, primero en conectar tres jonrones en una Serie Mundial; Martín Dihigo, único en ser elegido a los Salones de la Fama de cuatro países: (Cuba, México, Estados Unidos y Venezuela); José Canseco, primero en conectar 40 bambinazos y robarse 40 bases, además de ser el primer extranjero en llegar a las 400 películas de cuatro esquinas. Todo esto por solamente mencionar algunas hazañas.

En 1950 cuando Witto Alomá, Sandalio Consuegra, Conrado Marrero, Limonar Martínez, Julio Moreno y Patato Pascual llegaron al Gran Circo, el núcleo de cubanos desde 1871 hasta esa fecha ascendió a 51, contra solamente 10 peloteros de otros países: un colombiano (Luis Castro), tres venezolanos (Alejandro “Patón” Carrasquel, Jesús “Chucho” Ramos y Alfonso “Chico” Carrasquel), cuatro mexicanos (Melo Almada, José Luis “Chile” Gómez, Jesse “El Güero” Flores y Beto Avila), dos puertorriqueños (Hiram Bithorn y Luis Rodríguez Olmo). Todo sin contar a las estrellas cubanas negras que no pudieron jugar como José Méndez, Alejandro Oms, Silvio García, Cocaína García y docenas más, que hubieran duplicado o triplicado la cantidad.

Para que se den una idea del dominio criollo, les diré que cuando el primer dominicano, Ozzie Virgil en 1956 (casi un siglo después que Bellán) debutó en la Gran Carpa, ya habían desfilado 71 peloteros cubanos por las Ligas Mayores, cuando era difícil que le dieran oportunidades a jugadores extranjeros, sobre todo porque solamente existían 16 equipos y no 30 como ocurre ahora.

En 1967 se produjo la primera gran invasión de jugadores latinoamericanos en las Grandes Ligas, 37 en la Nacional y 36 en la Americana, debido a que ya no podían salir peloteros de Cuba. A pesar de haber transcurrido ocho años del arribo al poder de la tiranía castrista, los cubanos aún dominaban el panorama con 30, seguidos por Puerto Rico con 11, República Dominicana y Venezuela (9), Panamá (8) y México con 6.

Los cubanos dominan con cuatro de los nueve integrantes del Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown (Martín Dihigo, Tony Pérez, José Méndez, Cristóbal Torriente), a pesar de la injusticia que se ha cometido con Luque, Oliva, Tiant, Miñoso y Silvio García, quien fue escogido antes que Jackie Robinson, para romper la barrera racial con los Dodgers de Brooklyn, pero que fue eliminado por su intolerante temperamento latino.

Si no fuera por el sistema totalitario que ha tiranizado a Cuba durante 48 años, los jugadores cubanos seguirían dominando, como siempre lo hicieron desde 1871. A los daños irreparables que ha sufrido la Isla esclava, hay que sumarle el béisbol.

¿Se imaginan ustedes el talento que se hubiera desarrollado en Cuba desde 1961, de haber contado con academias de béisbol como la creada por el cubano Rafael Avila en la República Dominicana en vez de su patria?.

Recuerden que los cubanos llevamos el béisbol en la sangre, algo que ni el comunismo ateo nos pudo arrebatar y hay que dejar bien claro que en la Cuba de antes siempre se jugó la mejor pelota, como sucede en Brasil con el fútbol, aclarando que el deporte no es un invento del presente. Por el contrario, debido a la falta de competencia y enseñanza, a los actuales jugadores que escapan de la isla, les cuesta trabajo imponerse en el mejor béisbol del mundo, con honorables excepciones como Orlando “El Duque” Hernández por ejemplo.

Cuando los españoles querían inculcarnos el amor por el balompié, decían que era el “deporte de los reyes”, pero los cubanos respondían diciendo que el “béisbol era el rey de los deportes”.



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