¡Ciérralo como sea!

Por Carlos Wotzkow


Muchas veces me he referido al pueblo español de una manera que a veces desagrada a muchos. No me arrepiento. Sé que los patriotas españoles que me critican, otras veces callan y me dan la razón. Hoy, desafortunadamente, tengo que volver a descalificarles. Reconozco que hay cientos de miles de españoles que no merecen ni los epítetos, ni los adjetivos que les adjudico a la gran masa, pero tampoco me quedan dudas de que una inmensa mayoría los ameritan por partida doble. El primer indicio de lo que afirmo lo constituye la elección de un presidente de gobierno bajo circunstancias de vergonzosa rendición popular ante ataques terroristas en su propio suelo patrio.

Luís Rodríguez Zapatero, electo Jefe de Gobierno con la inestimable ayuda (ampliamente agradecida) de Osama Bin Laden, dio desde entonces el primer paso que correspondía a un pichón de dictador (dictador es también aquel que se impone después de haber sido electo) que se sabía en el caldo de cultivo apropiado. El primer paso claro está, fue controlar, o lograr que quedara bajo el más férreo control, la todomentirosa televisión estatal. A partir de ahí, ninguna noticia abiertamente negativa para el nuevo ejecutivo sería posible y ello, dejaba las manos libres para la propaganda y la mentira. El cultivo apropiado, no es otro que ese pueblo español que adora, confesa, o inconfesamente, a los tiranos. No sólo a los tiranos propios, sino también a los ajenos.

La experiencia nos demuestra que España ha tenido y mantiene contactos esmerados y privilegiados con todo tipo de dictadura. El apoyo a la dictadura cubana, y luego su firme oposición para que se acabara con la oprobiosa tiranía iraquí, son apenas dos ejemplos que todos conocemos bien. El motivo es obvio: se negocia mejor con los caudillos que con los gobiernos que defienden los intereses de sus pueblos. Por ello, aunque a algunos no les parezca correcto decirlo, el gobierno de Zapatero ha hecho y sigue haciendo todos los esfuerzos por negociar con ETA. Llegar a un acuerdo (sin importar el precio) con la banda terrorista, es más importante que cumplir con la tontera democrática que los ha llevado a la cumbre del poder.

Pero ETA no es un caso aislado. España negocia con los terroristas árabes y sólo los detiene dentro de su territorio cuando las fuentes de inteligencia extranjeras lo denuncian hasta la saciedad. Recordemos los numerosos grupos neo-nazis (más de mil activos), las cédulas de Al-Quaida, los extorsionadores de bienes inmobiliarios, la trata de blancas desde la Europa del Este (y de negras desde África), las bandas de narcotraficantes, los asesinos en serie, los criminales de guerra y otras tantas sabandijas que tanto abundan en esa península y que allí operan y viven amparados en la apatía de su dialogante gobierno socialista. Es significativo que cuanto asesino se pierde en este mundo, por España reaparece.

Peor aún es cómo Radio Televisión Española nos da la noticia. Para ellos la captura de un etarra, la aprensión de un asesino, o el envío al tribunal internacional de justicia de un criminal escondido en territorio español no es una desvergüenza nacional. Para los socialistas españoles y su prensa manipuladora, no hay asomo de vergüenza en obviar los motivos que llevan a todos esos ilustres personajes a elegir España como país de tranquila residencia. Nada sugiere que en España es donde más fácil se compra a un policía, o a un funcionario. Menos que menos, que RTVE nos hable de los niveles de corrupción de la Guardia Civil y la administración central. Es algo así como un acuerdo tácito que dice: bueno, mientras que no te descubra la INTERPOL, bienvenido. Nuestros bancos están a tu disposición.

La frase de “ciérralo como sea” dicha por Zapatero (sin percatarse que el micrófono estaba encendido) a uno de sus asesores, y en vías de cerrar un acuerdo en el que Europa se jugaba un mínimo de crédito moral frente a los países árabes en la lucha antiterrorista, es la muestra de que la política socialista en todas las esferas de la vida institucional funciona como en un palenque. La misma aceptación del rabioso islamista de Ginebra (Tariq Remandan*) en territorio español, ya es prueba suficiente de que el ejecutivo, con tal de tensar al máximo las relaciones con los Estados Unidos, es capaz de renunciar a la coherencia internacional en cuanto al terrorismo se refiere. De eso vive el partido socialista en España. Pero me explico.

Para los gobiernos socialistas (desde la transición hasta hoy) los logros sociales son apenas un plato de postre en una mesa ajena. Si se logra algo que beneficie a un trabajador se clama orgía nacional, pero si no se logra, eso es lo que menos importa. El desgobierno de Felipe González aprendió que la corrupción no era un problema grave si lograban distraer al pueblo con arengas antiimperialistas. Incluso, llegaron a aplicar el terrorismo de Estado contra los etarras y hoy se llenan la boca hablando de un cubano como Posada Carriles. Para el español de a pie, es menos importante morir con el trasero sucio que hacerlo sin haber criticado el ajeno. Visto y comprobado, la receta está en manos de Zapatero y a juzgar como la aplica, no podía hacerlo mejor.

Veámoslo en el ámbito político. Luís Rodríguez Zapatero está encantado de negociar con Hugo Chávez, no para dar empleo durante 7 años a un puñado de españoles, sino para molestar a los Estados Unidos y al presidente de Colombia. Que el PP lograra calificar de terroristas a sus amigos de las FARC era una espina que los socialistas españoles tenían infectada desde hacía varios años. No importa que las guerrillas marxistas secuestraran “cooperantes” españoles, o que reventaran la vida a una inocente mujer (imagínense, qué es una mujer para los españoles aparte de ser una maquina de lavar que a veces habla. Sólo veces, cuando no le cierran la boca con un pescozón) con un collar-bomba.

En el ámbito moral, o en el político, o en terreno militar, o en el de la compostura diplomática elemental, la cosa es aún peor. El ejemplo más reciente lo da el Ministro de Defensa José Bono. Primero, Bono mete la pata en Caracas y compara al dictador más benigno que ha tenido Sudamérica (Augusto Pinochet) con el peor: Fidel Castro. Luego, la vuelve a meter y le pide perdón al peor. La comparación del Pepe es como igualar a Miguel Ángelo Moratinos con Joseph Goebels, (por su desempeño en la propaganda de sus respectivos regímenes), y como si el absurdo no fuera suficientemente alucinante, allá va Bono y le presenta sus más sinceras disculpas a Hitler, es decir a Fidel Castro. Es decir, al jefe de Hugo Chávez, ergo, al que ideó la transacción de las fragatas y los cabrones avioncitos.

¿RTVE? Bueno, RTVE a veces, pero sólo a veces, está como ausente. O sea, se les escapan de vez en cuando las mejores noticias.

Veámoslo en el aspecto de la ecología. La televisión española pasa el miércoles 7 de diciembre un programa en el que el locutor, refiriéndose a los aborígenes de Borneo (en plena edad de piedra) afirma que esa era la verdadera edad de oro del ser humano. Añade que la sociedad actual no sabe vivir con la naturaleza y el noticiero de la RTVE que sigue la emisión, perfectamente coherente con los mensajes transmitidos en ella, culmina la jornada afirmando que por culpa de los Estados Unidos, el protocolo de Kyoto deberá ser aplazado. No sé qué piensan los españoles sobre eso de vivir comiendo insectos y vestir un calabacín como única indumentaria, pero menos entiendo qué pintan los EEUU en una noticia sobre Kyoto. Que yo sepa, ellos no han firmado esa falacia ecologista.

Podríamos ver lo anterior en el terreno de la educación, en el de la salud, en el de la agricultura y en el de la economía. Si la acción del gobierno afecta a una empresa, a un producto farmacéutico, a un equipo automotor, o a un banco americano, la noticia y el regocijo está servido. No importa que la miserable política comunitaria de España haga el ridículo frente a Inglaterra (que cumple con su mandato al frente de la UE). Lo importante ni siquiera es mendigar; lo verdaderamente trascendente para esa administración socialista, es oponerse al aliado americano en Irak. Ustedes creerán que me traigo todas estas barbaridades por los pelos, pero hagan como yo. Enciendan la tele y pongan las noticias del canal internacional de España y quedarán convencidos en apenas unos días.

Y como lo anterior, todo, en el terreno cotidiano. Hora tras hora, día tras día, RTVE y el ejecutivo español no hacen más que ocultar lo esencial con maquillajes antiamericanos. Hace unos días un alcalde marxista español atacaba a una mujer en Murcia para salir en defensa de un “débil e indefenso” ministro del Gulag cubano. Hace días también, las brigadas bolivarianas del PSOE, hacían lo mismo contra la sede de la COPE. Así, como lo están leyendo. Los actos de repudio y los métodos de las brigadas de acción rápida iniciadas por Castro en Cuba, ya actuaban en pleno corazón de Madrid y lo hacían de manera impune. Pronto se les unirán las turbas de Hugo Chávez, proveedor de un puñado de empleos allá en Iberia.

La noticia estaba ahí, sólo que a la gente de RTVE nadie les avisó del suceso y entonces, tuvimos que enterarnos por fuentes “no confiables”.

“Ciérrasela como sea” Es la oculta, pero más urgente tarea del ejecutivo español. Se refiere a cerrar la boca y a la pluma de todos sus opositores. Para su implementación, el socialismo ibérico cuenta la abulia moral de la Corona, con la astucia de Zapatero en la Moncloa, con Llamazares en la “oposición”, con la “fortaleza” del discurso de Rajoy, con los contactos de Rovira (interlocutor de ETA en Cataluña), con Castro a 90 millas del “imperio”, y con Chávez garantizando el petróleo a los pescadores de la Costa de la Muerte. No en balde Zapatero se permite el lujo de bajar el precio del gasoil hasta 30 céntimos el litro a todas las cofradías rebeldes. No en balde se permite el lujo de criticar a los norteamericanos por su oposición a Kyoto, siendo el país que más incumple con todo lo pactado.


Carlos Wotzkow
Bienne, Diciembre 12, 2005
* Tariq Ramandan es un autoproclamado islamista “moderado” al que la televisión suiza eliminó sus entrevistas luego que este dijera que el SIDA era el castigo de Dios a los infieles y a los homosexuales. Desde Entonces, este firme creyente en el valor de la lapidación de mujeres adúlteras, sólo encuentra espacio en las televisiones estatales de Francia y España. Sólo ellos se hacen eco de todas sus sandeces.

Éste y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

www.amigospais-guaracabuya.org