Oswaldo Payá: la marioneta premiada de Fidel Castro

por Carlos Wotzkow


La televisión española “informa”. Con la cara arrugada de Menoyo, repitiendo una y otra vez que no le perdonará a Fidel morirse sin haberle ayudado a alcanzar alguna cuota de poder. A juzgar por los “profesionalísimos” servicios informativos de la RTVE, los mejores corresponsales parecen ser los ojos y los oídos de sus turistas recién llegados de La Habana. Ellos hablan: “aquello esta que mete miedo”… ¡CORTA NO LE FILMES!... “la gente tiene pánico y no quiere hablar”… ¡CORTA!… “ah no, el pueblo está tranquilo y sólo indignado e indignado contra los de Miami”… RUEDA, RUEDA, ¿LO COGISTE? ¡MUCHAS GRACIAS COMPAÑERO!

El excelentísimo político español Don Manuel Fraga concede amablemente una entrevista a la televisión socialista de España. Él como nadie, y gracias a una amistad probada durante años con el “Presidente” cubano Fidel Castro, puede decirle al pueblo español lo que va a pasar en Cuba. Habla Fraga: “bueno, yo lo que deseo es el bienestar para aquella isla y sobre todo para todos los gallegos que viven en ella y claro, Castro es gallego y es mi amigo, así que lo único que puedo decir es que tras su muerte, Cuba tendrá que seguir una transición a la española, y que nadie se equivoque, ni en Washington, ni en Miami, ni en La Habana”. ¿Y en Madrid señor Fraga, pueden ustedes los gilipollas españoles equivocarse?

Esto es demasiado. ¿Dos españoles hablando sobre el futuro de Cuba, telediario tras telediario, y Oswaldo Payá callado, sin recibir el eco merecido desde su p… Madre Patria? Sépanlo, la fuente principal de la propaganda cínica anti-cubana es ibérica. Y los cantos de sirenas españoles son los predilectos de Payá cuando le da por tararear. ¿No es verdad Payá? Lo digo porque los cantos que promueven otros tan parecidos a los tuyos son definitivamente cantos manipuladores y el que los imita deviene incubadora (te guste o no) de los deseos ajenos. En Cuba, al estilo Payá y su Movimiento Cristiano de Liberación, sólo quedan dos opciones: o cometes suicidio, o aceptas vivir en la caverna hasta que ya nadie te traiga el fuego.

Yo creo que este es el mayor problema que encuentra mis textos para llegar al cubano medio. No creo que sean tanto los adjetivos soeces que utilizo a cada rato, como este de intentar explicar ideas de una ideología élite a un público cuya actividad cerebral está en coma. Yo no puedo, sin embargo, hacer otra cosa que comparar a la disidencia (vía la figura de Payá) con los efectos de un virus letal que amenaza a la libertad de mi país. Si no, lean las últimas declaraciones del archifamoso “opositor” a una emisora de radio venezolana: “el exilio no debe alentar la ruptura de la paz social”. Es decir que, entre Payá y las brigadas de acción rápidas de Fidel Castro, el objetivo es el mismo: beneficiar el traspaso de poderes dictatoriales sin ningún tipo de exabrupto.

¿Dónde están – pregunto por enésima vez – los famosos líderes, estadistas, cubanólogos y superpatriotas del exilio, entrevistados por toda la parafernalia televisiva miamense que, son capaces de comparecer como expertos ante las cámaras y los micrófonos de esas agencias junto a ex-sicarios del régimen, y luego se muestran silenciosos a la hora de reconocer que han dado todo su apoyo moral y político a una sabandija castrista como Oswaldo Payá? “Cualquier actitud irresponsable –nos advierte el buen cristiano-, agresiva o represiva que pueda provocar violencia o enfrentamientos puede ser muy dañina para la sociedad y la nación cubana”. ¿Escuchaste Jorge Mas Santos? ¡Mejor ni te atrevas!

Una de las pocas iniciativas válidas que el exilio acaba de expresar a través de la presidenta de MAR por Cuba, fue aquella que incitaba a la población a no participar en actos de repudio, ni en manifestaciones gubernamentales, ni en actividades que pudieran dar la idea de apoyo al régimen. Pero la estrella del Nuevo Herald, Alejandro Armengol, pronto atacó la iniciativa: “Miami pone las frases, Cuba las cáceles”. Entonces Payá, fiel a su periódico de cabecera, lo secunda aquí: “Desde otras latitudes, algunos alientan acciones de la sociedad que pueden traer confrontación, no nos parece responsable ni realista.” ¿Escuchaste Sylvia Iriondo?

Pero si hay una cita digna de reproducir es esta: “los cubanos debemos prepararnos y afrontar la nueva etapa con un espíritu de tolerancia, de apertura”. O sea, hacer todo lo necesario para que el asesino de Raúl Castro tome las riendas de Cuba sin tener necesidad de tirar un solo tiro al aire. Tal y como lo predica su amante en el exilio (Norberto Fuentes), quien además cree (este es otro de los famosos cubanólogos, más no alineado al grupo de los moderados “provincianos”) que Fidel ha entregado el poder definitivamente. En fin, Payá nos transmite su mensaje de servidumbre y nos insta a bajarnos los pantalones (tolerancia) y darle las n…. (apertura) al borracho de las FAR, pues hay que contribuir “al ambiente de paz, de concordia y entendimiento”.

¿Virus decíamos? Bueno, todo depende del cristiano que dirija al rebaño, porque si los miembros de esa doctrina a las puertas de paraíso nos incitan al suicidio colectivo, estamos entonces frente a una teología tan virulenta como la que intentamos cambiar. La característica más virulenta del Movimiento Cristiano de Liberación recae en dos factores aislados entre si: su ausencia de veracidad y de valores morales. Payá sabe que ser falso y oportunista no afecta para nada el potencial político de sus seguidores, pues el MCL postula enunciados de cara a la opinión de un pueblo cuyos valores morales tienen una importancia igual a cero. El pastor le habla a sus ovejas: “te anuncio drásticas consecuencias si te comportas mal ante el Señor”.

Y claro, ese “Señor” en Cuba no es Dios, sino cualquiera de los hermanos Castro. Aunque para decir verdad, por mucha sabiduría que usted quiera otorgar a un “católico” como Payá, jamás logrará de él un Juan Pablo III, sino más bien un Genghis Khan II. Payá, como cualquier otro politiquero del panorama cubano, asume cualquier liderazgo siempre y cuando los riesgos no afecten a sus intereses. Mientras más apoye el exilio este tipo de opositores y parasitismo moral, más proclive a la corrupción y la opresión devendrá nuestra cultura política. El comportamiento faraónico de Payá sólo clama por una dignidad, la suya. Si el exilio no es capaz de utilizar la libertad de expresión para poner límites a este tipo de farsantes, terminaremos besándoles la toga.

Por eso repito: ¡Que entren en acción el individuo parco y el más demoledor! ¡Viva el disidente clandestino! ¡Vivan los negros con machetes, sin poetas con cuernos en la cabeza! ¡Que regresen a las fábricas los meticulosos descuidados! Si una dictadura está en decadencia, contribuyendo en nada al bienestar social, es justo (desde el punto de vista histórico) hacer un llamado multitudinario a los crea-problemas del país. Mejor echar abajo el sistema entero y crear uno nuevo a partir de ruinas irreparables, antes que ser considerados por un don nadie como un “pueblo disciplinado, comprensivo, dialogante, o responsable”. A demoler el régimen (que país no queda), antes que mantener al mismo sistema de oprobios con el apoyo de un creyente poniéndole curitas sobre cada rasguño.


Carlos Wotzkow
Bienne Agosto 4, 2006


Carlos Wotzkow es el autor del “Manual para acabar con Castro” (ampliamente difundido en Cuba y en el exilio) y cuyos efectos en ciertos sectores de la economía cubana ya se han hecho notar. (http://www.amigospais-guaracabuya.org/oagcw160.php). Hasta la fecha, Wotzkow ha recibido 232 mensajes anónimos no solicitados desde Cuba y otros 41 no anónimos a los que ha sugerido cero protagonismo y la más férrea clandestinidad. Según esos datos, el sector turístico y educativo son los más atacados por esta resistencia clandestina. ¿Le parecen pobres estas cifras? ¿Las prefiere más elevadas? Bueno, para eso tiene entonces que remitirse al nuevo proyecto de Payá intitulado “Todos Cubanos”, discutidos según el propio opositor premiado con 15’000 personas en 24 meses. O sea, que durante los dos años transcurridos, los del MCL pudieron reunirse (sin problemas con la policía) con 20 personas cada día, 143 cada semana, o 625 al mes durante 24 meses. ¿Cree usted en esas cifras? ¿Puede un cubano opositor del régimen reunirse, convocar, o recibir en su casa, o en el parque de la esquina, a tal cantidad de personas para conspirar contra Castro y su revolución? Allá el lector y sus creencias.

Éste y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

www.amigospais-guaracabuya.org