¿Pertence la mano de bin Laden al brazo del Tío Sam?

Por Eladio José Armesto

Una mano criminal le clavó una daga en el pecho de Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001. Nuestros gobernantes, que no tienen muy buen record de decirnos la verdad y que a menudo inventan “pruebas” para justificar lo que más les conviene, nos dicen que el responsable de los ataques del 11/9 es un tal Osama bin Laden, jefe de un grupo islámico radicado en Afganistán.

Siempre que se les ha pedido pruebas de ésto, nuestros gobernantes afirman que éstas no son necesarias; qué ellos sencillamente saben que fue bin Laden. ¿Debemos creerles? ¿Acaso no dicen ellos ser hombres honorables?

Según los hombres honorables que nos gobiernan, bin Laden es uno de los enemigos más peligrosos que amenaza a Estados Unidos. Afirman que bin Laden es la encarnación del propio demonio. Y ¿por qué no vamos a creerles? ¿Acaso no dicen nuestros gobernantes ser hombres honorables?

Reclutan, entrenan y arman a bin Laden

Sin embargo, cuando en 1986, Estados Unidos quiso desestabilizar el régimen marxista afgano, apoyado por la hoy desaparecida Unión Soviética, nuestros gobernantes reclutaron a este "terrorista" bin Laden. Y lo entrenaron y lo armaron.

Motivado por sus sentimientos nacionalistas y un fervor religioso, bin Laden luchó tenazmente contra los invasores soviéticos y sus aliados afganos. Quizá nunca creyó ser un instrumento del Tío Sam. Pero, para el Tío Sam, bin Laden era en esa época un instrumento muy valioso.

A medida que la intrépida guerrilla Mujahiden conquistaba territorio afgano, le exijía a los campesinos sembrar opio como un impuesto de guerra e imponía con rigidez brutal la tiránica ley islámica. Del otro lado de la frontera, en Paquistán, los jefes afganos y los militares paquistanos, bajo la protección de la Agencia Central de Inteligencia paquistana, procesaban enormes cantidades de opio afgano en cientos de laboratorios de heroína. Todo sucedía con la aprobación del gobierno norteamericano y los honorables hombres que lo encabezan. Los mismos que ahora nos dicen debemos matar a bin Laden.

¿Qué importan "los derechos humanos" entre amigos?

Mientras los ayer "patriotas" y hoy "terroristas" afganos combatían a las tropas soviéticas, ¿para qué iban nuestros gobernantes a preocuparse por detener el tráfico de drogas ilícitas u oponerse a la imposición brutal de la ley islámica? Charles Cogan, ex director de la CIA para la operación afgana, admitió en 1995 que Estados Unidos sacrificaba los derechos humanos y la guerra contra las drogas a la supuesta Guerra Fría. O sea, mientras bin Laden y sus hombres atacaran a los soviéticos, a nuestros gobernantes no les importaba el tráfico de drogas ilícitas o el fanatismo islámico.

Apoyados por la inteligencia militar paquistana, que trabajaba conjuntamente con la CIA norteamericana, el Estado Islámico Talibán gozó del apoyo de nuestros gobernantes porque supuestamente servía interesés geopolíticos de la estructura de poder norteamericana. En aquel entonces, no le importaba a Estados Unidos que Afganistán fuera el principal productor de opio en el mundo, siendo éste la fuente de divisa más grande del gobierno talibán. Ni le importaba que los talibanes violaran sistemáticamente los derechos humanos del pueblo afgano.

Por años, Estados Unidos conscientemente apoyó y protegió a Osama bin Laden, ahora el terrorista “más buscado” por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, sus siglas en inglés). ¿Qué hay detras de todo ésto? ¿Están nuestros gobernantes diciédonos toda la verdad? ¿Debemos creerles? ¿Son hombres honorables de verdad?

Y de la libertad del pueblo cubano ¿qué?

¡Qué trato más distinto le ofrece Estados Unidos al tirano Fidel Castro, que no necesita ser "buscado por el FBI" pues bien se sabe dónde está. Analicen bien. Por su cabeza jamás han ofrecido una recompensa, como hicieron con Manuel Noriega, Osama bin Laden y Saddam Hussein. Al contrario, por los últimos 45 años, estos gobernantes, sin importar partidos políticos, han protegido a Castro, primero mediante el Pacto Kennedy-Khruschev, y luego aplicandole al Exilio cubano la Ley de Neutralidad.

¿Por qué se niegan estos gobernantes a atacar a Castro, o siguiera encausarlo criminalmente, a pesar de todos sus crímenes contra el pueblo de Cuba, contra el pueblo de Estados Unidos y contra la Humanidad? ¿Qué hay detras de este doble estándar? ¿Es éste el proceder de hombres verdaderamente honorables? ¿De hombres que -- al no encontrar las supuestas "armas de destrucción masiva" -- ahora alegan estar en Iraq por su gran amor a la democracia y devoción la libertad?



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