EL SINDROME DE LA HABANA - NECESITAMOS UN HEROE

por Esteban Casañas Lostal

Hace poco pasaban por la televisión un documental sobre Castro realizado por un reconocido cineasta norteamericano. En una de las partes aparece su principal protagonista en un encuentro “informal” con aquellos reos que, una vez trataron de desviar un avión desde Isla de la Juventud. Sin asombro vi algo que ya esperaba, sin asombro digo, porque los que vivimos y nos desarrollamos bajo ese régimen conocemos de cerca su manera de actuar. ¡Pero el documental fue filmado por un norteamericano! Gritarán muchos y los comprendo, pero cuántos de esos románticos faranduleros dedican su tiempo y dinero a vender una imagen fantaseada de aquel “benevolente tirano”, suman muchos.

Aquel documental, donde los reos se condenaban voluntariamente para beneplácito de su verdugo, no solo se condenaban, hubo peticiones de penas máximas, situación insólita y aberrante, me trajo a la mente sonados casos ocurridos durante toda la historia de Castro en ese poder. Historias repetidas y con estilos diferentes donde la víctima se retracta de sus actos, y otras, donde elogian al verdugo esperando algo de piedad. Puede que alguno de ellos haya sentido con verdadera sinceridad lo que expresaron, pero, para los que nos tocó la desgracia de compartir ese infierno, le otorgamos a esa sinceridad el privilegio de la duda.

Regresemos a los casos de Heberto Padilla y aquel famoso harakiri manifestado ante muchos de sus colegas. Pieza magistral que se conservará en los anales de nuestra historia. Pasemos al caso de María Elena Cruz Varela, poetiza cubana golpeada delante de su hija y vecinos. Luego aparecerían declaraciones de ella con un contenido similar de arrepentimiento y retractación. Lleguemos al caso del General Arnaldo Ochoa, sus palabras en el juicio debieron producir en el tirano ese orgasmo propio de seres enfermos por el poder. Luego, los comentarios llegaron un poco más allá de la fantasía, y le dieron ese sabor de ciencia ficción de la que se nutren millones de seres en éste y otros continentes en ese afán por mantener impecable la imagen de ese tirano convertido en su Dios.

Fueron muy variadas los comentarios escuchados en La Habana, donde un hombre que enfrentaba con valentía los cañones de los fusiles que lo silenciarían por siempre, no solo eso, dijeron las “malas o buenas” lenguas de su tiempo que, él dirigió al mencionado pelotón que cegaría su vida, y no solo eso, perdonen la redundancia, dedicó sus últimas palabras a resaltar la figura de su asesino. Magnífico guión para un film de ciencia ficción, pienso, y no es de extrañar que así sea cuando esas noticias se producen en un ambiente y nación donde todo lleva un sabor enigmático y místico.

No puedo juzgar desde la comodidad de mi buró las aptitudes que puedan asumir, quienes verdaderamente se enfrentan al régimen dentro de la isla. Como tampoco estoy en la obligación de creer en cuanta noticia nos llegan desde ese paraíso infernal sobre la disidencia cubana. ¿Disidencia? ¿Opositores? Existe un amplio campo entre las fronteras existentes que hoy más que nunca, se encuentra amueblada por la “duda”. Termina un año bien negro para los que verdaderamente han dedicado esfuerzos en hacerse oír, y para aquellos que, responden a un diseño muy bien elaborado con la finalidad de brindar ‘imágenes” sobre cambios inexistentes. Existen verdaderos disidentes y disidentes “moderados”. Unos, con la capacidad y facilidad de movimientos, y otros con el reducido espacio de una celda de castigo. Sin embargo, ya nada puede asustarnos o sorprendernos. Tomemos un solo ejemplo para argumentar ese espacio a la duda, Noel Salas Santos, perteneció al Segundo Frente del Escambray, se convirtió en contra del régimen, cumplió 22 años de cárcel y a su salida, dicen por ahí las “malas o buenas lenguas”, recibió la medalla 20 Aniversario del MININT. ¿Otro ejemplo? Hablemos de David Orio al que tantas veces escuchamos manifestándose en contra del régimen y luego se declarara miembro de la Seguridad del Estado. ¿Otro ejemplo? Elizardo Sánchez Santa Cruz. Quemado con videos hechos públicos por la Seguridad del Estado, y que aún no satisfacen los criterios de aquellos desesperados por la aparición del tan necesitado “héroe” para nuestra oposición. Peor aún, se mantiene activo luego de aquel escándalo que muy bien pudiera ser calificado de inaceptable por quienes nos desarrollamos bajo ese sistema.

Ese afán desesperado en la búsqueda del héroe que represente con dignidad nuestros anhelos, va un poco más allá de la cordura de cualquier ser humano y aceptemos como tal a productos que son exportados por el mismo régimen. ¿Lo dudan? ¿No existen personas que aún después de todas las declaraciones y facilidades otorgadas a Menoyo por parte del régimen cubano, lo consideran un “héroe” y es utilizado para atacar al exilio cubano? Peor aún, Menoyo se presta para difamar a los que verdaderamente disienten en Cuba, y existen incrédulos de mala fe que lo promueven como un “héroe”. Nada me sorprende y no veo con asombro que Manuel Cuesta Morúa y el anciano Menoyo, puedan abrir una revista cibernética llamada “Consenso”, y que esa revista sea precisamente abierta desde una oficina del gobierno cubano, para ser más exacto, desde la ECOA 24. Ahora me disculpan señores apologistas y promotores de Menoyo, creo que casi siempre me dejo invadir por la ira, pero éste, es el peor atentado que se pueda cometer en contra de un comemierda, no es posible considerar a una persona con el mínimo de inteligencia o raciocinio.

Llamar las cosas por su nombre duele y generan ataques que sitúan al que las exprese con nombres y apellidos en la extrema derecha. Nada de eso me preocupa tampoco, siempre he manifestado que todos los cubanos somos responsables de este desastre, los de acá y los de allá, esa responsabilidad por la destrucción de nuestro país es compartida y hay generaciones de cubanos sobre los que recaerá todo el peso de la historia, yo me encuentro entre ellos.

Siempre que aparece un nombre a la palestra política es acogido como ese “héroe” que tanto necesitamos. Poco después nos sentimos traicionados por sus posiciones asumidas, peor aún, somos capaces de salir en su defensa conmovidos por esos sentimientos tan nobles que abrigamos los cubanos. ¿No existen quienes insisten en justificar a Elizardo, Menoyo, etc? ¡Claro que sí! Y es precisamente la mejor arma utilizada por el régimen de La Habana.

Tras la liberación de Raúl Rivero, se producen unas declaraciones que no eran esperadas por quienes eligieron en su figura al líder ausente. ¿Hay que condenarlo? ¿Cómo actuaría yo en su caso? No lo sé, él se encuentra en la isla y saboreó lo que es una celda de castigo. Yo estoy en Montreal y en mi patio descansa cómodamente medio metro de nieve. No estoy autorizado moralmente para criticarlo, tampoco para aceptar esas declaraciones luego de la campaña internacional desarrollada a su favor. Inclino mi balanza por las “Damas de blanco”, se repite la historia de “Las madres de la Plaza de Mayo”. Se repite la historia de la participación de la mujer en la lucha de sus pueblos, y una vez más, esas muestras de valor dadas por las mujeres y que unas veces están ausentes en nosotros “los machos”. Lo respeto como poeta y deseo que continúe su vida como desea, escribiendo.

En ese desespero buscando al “héroe” que tanto necesitamos, cometemos infinidad de errores. Se destacan entre otros, aquellos donde tomamos como abanderados a individuos que portaron las banderas contrarias y que causaron bastante daño entre nosotros. Más aún, somos tan estúpidos que los elevamos a los mismos niveles que una vez disfrutaron dentro del régimen, peor aún, somos incapaces de detectar la labor que realizan desde esta orilla encubiertas en ancianas nostalgias por el pasado, y donde descaradamente no dejan de enarbolar sus antiguas banderas. ¡Busquen! Busquen entre escritores, artistas, ex-Ministros, ex–presos políticos y mamones que jodieron allá y siguen jodiendo aquí, ya los encontrarán.

¡Aquí estamos señores! Vamos a criticar las medidas de USA cuando le niegue la VISA a un “disidente” como Osvaldo Alfonso. Lo nuestro es criticar, así somos los cubanos de aquí y de allá, que se caiga el que está arriba, eso es cosa de cubanos. Pasemos por alto todas las manifestaciones dialogueras de Payá aunque no hayan tenido resultados. ¡Ah! Y lean con detenimiento sus manifestaciones donde resulta imposible ocultar sus posiciones excluyentes con el exilio, es solo una recomendación. ¿Y Osvaldo Alfonso? ¿Y su VISA? ¡Hombre! ¿Y sus palabras no fueron armas de Pedruquito Pérez Roque? ¿Qué más desea saber? Pero no importa, lo tenemos que defender. Así que el hombre manifiesta haber sido manipulado por la oficina de intereses norteamericana y pretende que luego le otorguen una visa. Estamos muy jodidos. ¿Alguien sabe algo del doctor Bicet? ¿Estamos esperando a que sea convertido en moneda convertible? Debe ser caro, ¿por qué?, por doctor y por negro.

En fin y para no alargar mucho este artículo, solo puedo manifestar algo que responde a los intereses de toda la comunidad cubana y es imprescindible publicar en algún lugar; “Nosotros los cubanos, necesitamos urgentemente un héroe”, mande su currículum vitae.


Esteban Casañas Lostal
Montreal..Canadá
2004-12-23



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