APRÈS DE MOURIR LE CHEVAL

por Esteban Casañas Lostal


La muerte debe esperarse con un poco de respeto, serenidad, algo de dignidad aunque todos nos aferremos a la vida. Debemos reconocer que nuestro tiempo se ha agotado y corresponde a otros continuar por el camino una vez trazado, y que esa retirada se produzca con todo el honor producido durante nuestras existencias. Las cuotas a pagar durante esa partida no son iguales para todos, no se le puede exigir el mismo precio al Caballero de París, noble mendigo que envuelto en su irreal linaje, repartiera paz y admiración por cada una de nuestras calles. Al precio que se debe demandar a un individuo arropado bajo un linaje de héroe inmaculado, cuyos siervos debían seguir de la misma manera que las obreras obedecen a su reina en cualquier panal.

Resulta inmoral e indecoroso morir postrado entre sus heces para aquel que una vez tubo como bandera la muerte, para aquel que la vida de sus siervos solo resultara una anotación más de sus experimentos, para aquel que en sus constantes demandas de sacrificios, olvidara siempre el valor que tenía la vida para el simple plebeyo, su madre, su esposa e hijos. ¿Cómo aceptar que aquel arrogante e insaciable gobernante, muera ahogado en su propia mierda? Existen razones suficientes para la burla y deseos de verlo estrangulado por sus propias tripas. Hay motivos justificados para la hoy, casi internacional, industria de la especulación, predicciones, pantomimas, fiestas, profecías, manipulaciones, misas, cantos, llamados a una piedad asfixiada dentro de una isla, etc.

El discurso de muchos ha cambiado de la noche a la mañana, digamos que a partir del treinta y uno de Julio, digamos que después del retiro temporal anunciado, digamos que luego de haberse declarado su enfermedad un secreto de estado. Hoy, aparecieron excelentes piadosos en escena y desean que recemos junto a ellos por la salud de la bestia. El destino de un país depende de la vida de un caballo, porque eso ha sido él, un cuadrúpedo caprichoso con un poder destructivo nunca conocido en nuestra tierra.

¿Cómo aceptar tranquilamente que la mierda lo asfixie? ¿No fue él quién soñó muchas veces que los hombres se inmolaban en su nombre? ¿Por qué no se inmola ahora en nombre de los demás? ¿Por qué no demostrar a aquellos hombres que supieron elevar hasta la cima de una montaña en Granada, y abrazados junto a la bandera cubana se quitaron la vida, que existe demasiada dignidad para evitar el ridículo? Porque ninguno de ellos subió a la loma para satisfacer aquellas locuras de su comandante y todos se encuentran vivos, porque el fanatismo criollo no viaja tan lejos, porque todos vivimos con dos rostros, pero amamos encontrarnos entre los vivos.

Visito infinidad de lugares en la net buscando información y siempre me encuentro con lo mismo, el caballo se ahoga en su propio estiércol. Su imagen ha sido manipulada hasta límites inimaginables, y son pocos los que pueden contener la risa, así lo expresan. Medio siglo de mentiras culminan con la peor de todas, el secreto de su enfermedad, información que no le brindan a su propio pueblo, como si la bestia fuera sagrada. ¿Y en Cuba, qué pasa? ¡Nada! La gente no habla, la gente no sabe, la gente está entretenida en el pago de los créditos, donde inteligentemente los envolvieron con cuatro porquerías repartidas a medio siglo de revolución. ¡Ooooh! Todos deben guardar con cariño aquella imagen paternalista del vejete explicando cómo se utilizaban las ollitas arroceras, ¡qué tierno el comandante!, pocos se atreven a decir que fue una chochera.

Muere ahogado en su propio estiércol, insisto, aquel tipo que antes de partir con el buque cargado de militares para Angola, mandó un emisario que nos leyó aquel horrible panfleto que decía más o menos así. “ En caso de ser detectados por fuerzas navales enemigas, deben cerrar todas las bodegas del buque con los militares dentro y proceder al hundimiento del buque.” ¿Se imaginan eso? Nos pedían que realizáramos un homicidio de mil doscientos hombres, no solo eso, soñaban que la tripulación del buque se inmolara con ellos. ¿Y es precisamente este tipo el que hoy no se suicida para morir con un poco de honor? ¡No me jodan! ¿Pueden existir seres que clamen por un poco de piedad por esta bestia? ¡Claro que sí! El Cardenal Ortega es uno de ellos, ¿o miento? ¿Se podrá morir tranquilo luego de ordenar el hundimiento de un remolcador cargado de mujeres y niños? Parece que sí y se apresuran curas y babalawos a concederle el perdón previa confesión de sus pecados, los mismos que una vez fueron reprimidos y condenados por esa bestia, pero así es la vida, que todo sea en nombre del amor y la reconciliación.

¿Y cuando muera el caballo, qué? ¿Vendrá una yegua? ¿Se mantendrá viva la musa de Silvio, o tendrá que hacerle correcciones a sus letras? ¿Podrán utilizar finalmente los cubanos el papel sanitario? ¿Partirán las balsas desde Miami hacia La Habana? Nada es predecible, no hay espacio a las especulaciones, tampoco existieron en Rumanía. Debe existir miedo, no les quepa la menor duda, son propietarios de las armas, pero de las almas es dueño nadie, y lo peor, aquellas almas nunca se sabrá a quién corresponde en un mundo dominado por la doble personalidad.

El mal olor del Caballero de París era tolerable, solo era necesario colocarse a barlovento de él. La peste del caballo debe resultar intolerable, eso dicen médicos expertos. Poco importan los equipos de alta tecnología utilizados en ese afán por mantenerlo vivo, su hedor nauseabundo viajará fuera de las fronteras de su nicho de guerra y afectará los olfatos de futuras generaciones. Morirá invadido por la ridiculez de su figura maltrecha y podrá ser usado para sustituir al Don Quijote de 23 y G. Aunque no creo sea aceptada esa sustitución por las nuevas generaciones, aquel es de bronce y éste es de mierda. Pura mierda encubierta por discursos y ventas de esperanzas, odios, revanchas, sangre, muertes, sueños destruidos, éxodos injustificados, austeridad infecunda, traiciones, ventas y destrucción de nuestro patrimonio, robo, prostitución culta. ¿Y cuando muera el caballo, qué?


Esteban Casañas Lostal
Montreal..Canadá
2007-01-22



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