LA CIA INTENTÓ MATARLO, PERO EL BUEN DIOS LO PROTEGIÓ

por Esteban Casañas Lostal


Hace pocos días, la CIA desempolvó algunos documentos “secretos” que ya muchos conocíamos. Eran secreticos ignorados por aquellos que nunca se vieron obligados a consumir aquellos kilométricos discursos, y luego, repetirlos agotadoramente en los obligados círculos de estudios de las organizaciones que hoy se disfrazan ante los ingenuos como “no gubernamentales”. Debe ser aburrida una vida así, pienso hoy que comienzo a olvidarla. Discursos en la Plaza, la televisión, la radio, la prensa, el trabajo, en la cuadra, en la escuela, en la guagua, y para colmo, escuchar la misma retórica cuando te empatabas con alguna jeva “integrada”. La vida ha sido un cabrón discurso para los cubanos, el plato fuerte de sus miserables cenas. Hoy, pretenden mostrar la revelación de aquellos secreticos como una novedad, y quién pudiera saberlo, limpiar un poco la imagen de uno de los asesinos más despiadados que se ha conocido en nuestra isla. No digo de América o el mundo para evitar exageraciones, fuera de nuestras fronteras es amado por los que nadan fuera del agua, ninguno de ellos se atreve a lanzar sus balsas en demanda de nuestras costas, es amado por un mundo poblado de vivos y bobos, pero nadie es comemierda.

Mencionaron unas pildoritas, la mafia, el FBI, la CIA (que nunca debe faltar), y luego, el fracaso de un plan tan estúpido, tan imbécil, que hubiera sido rechazado por Cheo Malanga en San Nicolás del Peladero. ¡Qué lástima! Todavía fuéramos el primer productor de azúcar de caña en el mundo, y quién sabe, uno de los buenos prospectos a convertirnos en productores de etanol sin afectar la alimentación humana. Pero la CIA falló otra vez, esperemos a que desempolven otro documento top secret que nos revuelva la gandinga, puede ser aquel donde pretendieron tumbarle las barbas y no lo lograron. ¿Se acuerdan de aquello? ¡Qué desperdicio! Y lo caro que lo pagan los contribuyentes norteamericanos. ¿Y por qué las barbas? ¡Ahhh! Dicen que es un símbolo y que al dejarlo lampiño podía precipitar la caída de la revolución. ¡Ohhh! La mentalidad capitalista, puede que tengan razón, miren lo que le pasó a Elvis cuando se puso gordo.

¡Chico! Tan fácil que resultaba haberlo jodido, al menos para la CIA y todos sus inteligentes. ¿No volaba de vez en cuando? ¡Ahhh! Pero lo hacía en tres aviones iguales. ¡Le tumbo los tres y al carajo! Jodía a malanga y al puesto de vianda. Pero no, esa acción debía realizarse por medios técnicamente sofisticados, como comieron mierda, sabe Dios cuántas Anitas Belén han mantenido los yumas con sus impuestos. Y lo peor, nosotros siempre esperando que alguien haga lo que debimos hacer, ¡no nos avergoncemos cuando escuchemos estas verdades!

¿Qué celebro el magnicidio? No sean hipócritas, ¿no andan discutiendo ustedes por el derecho a la eutanasia? ¡Claro! Existen diferencias, se le suprimen sufrimientos a un paciente querido que vive conectado a mangueras. Tal vez no sufre, es probable que ni él mismo se de cuenta. Se discute, se apela a las leyes, ¡es un crimen!, gritan muchos piadosos en el mundo, muchos se oponen y se pospone la aprobación de la ley para cuando regresen los congresistas de sus merecidas vacaciones. La vida de una persona cobra interés, hablamos de la vida de un ser que nunca le hizo daño a nadie, quizás sí, pero su círculo pudo ser reducidísimo. ¿Por qué no aprobar el magnicidio? Me refiero a la vida de un hijoputa que sí ha hecho daño, hablemos de un Milosevic, por solo citar un ejemplo. ¿No era mejor haberle sonado un balazo en la cabeza a este genocida como lo hicieron con Ceausescu? Por supuesto que sí, es mucho más beneficioso para la humanidad eliminar a cualquiera de esos degenerados antes de que ellos acaben con ella. Pero no resulta fácil exponer estos criterios, ya me acusarán de fascista por escribirlos. ¿Cuántos no salieron en defensa por la vida de Chávez cuando su maniobra de auto golpe? Alzaron la voz Presidentes, dictadores, organizaciones internacionales, y cuanto pájaro andaba volando en esos instantes. Al parecer, solo unos cuantos pueden calcular todo el dolor y desgracias que una acción de ese tipo pudiera ahorrarle al pueblo venezolano. Solo unos cuantos, los que hemos tenido la desgracia de vivir bajo las botas de regímenes totaliratistas y tiránicos como el que pretende imponer ese burro no solo en Venezuela y el resto de América. Quienes se oponen con tanta fuerza al magnicidio, y no hablemos de los pueblos, saben perfectamente que tienen sus traseros descansando en hogueras. Resulta irónica que esa desmedida oposición siempre surja de quienes ostentan el poder y administren organizaciones internacionales. ¡Claro! Un mundo civilizado no puede gobernarse a balazos, pero el mundo salvaje y cargado de miserias que ellos imponen, muy bien puede limitarse.

Dice ese Castro cagalitrozo que hoy esconde su voz detrás de articulitos repletos de sus propias reflexiones o defecaciones, dijo, “que el buen Dios lo ha salvado”. ¿Cuántos no fueron condenados bajo su régimen de espanto por mencionar la palabra Dios? Hoy, su discurso de convaleciente vitalicio va cambiando y se pretende obligarnos al olvido. No solo cambia su discurso, se apuran inteligentes oportunistas que nos saturan con sus llamados a la tolerancia y al diálogo con sordos, corren aquellos con pretensiones de alcaldes, senadores o ministros. Dicen que es la hora del diálogo y que la transición hacia la democracia se está produciendo paulatinamente, yo creo que es una utopía en la mente de Paula, pero yo no soy nadie, soy solo parte de ese pueblo que espera ocurra un milagro, un balazo magnicida que muchos desaprueban.

¿Dios? No es el mismo para todos, el suyo construye bunkers a prueba de bombas atómicas, el nuestro puede sepultarnos con el paso de un ciclón o cuatro días de lluvia. El suyo, dota de felicidad a su familia con el dinero robado a nuestro pueblo, el nuestro priva a sus hijos de leche a los siete años. El suyo, facilita a su familia vivir en cotos especiales o “congelados”, zonas cero, viajan y compran a su gusto en el extranjero. El nuestro, nos obliga a vivir en barrios marginales, escapar en balsas, viajar en camellos y prostituir a nuestras hijas para poder sobrevivir. Entonces, no hablamos del mismo Dios.

La CIA pretendió eliminarlo en ridículas acciones mientras nosotros esperábamos, mientras esperamos que nuestros destinos sean discutidos y aprobados por otras naciones, como antes, como después de nuestras guerras de independencia, como después del ataque a Girón, esperamos. ¡Qué lástima que no lo mataron! Hubiera sido un magnífico magnicidio que limitaría el tiempo de espera y otros pueblos nos respetarían, porque hablando en plata y aunque muchos se sientan ofendidos, nadie nos respeta y mucho menos cree en nosotros.

¡Lástima que esa bala nunca llegó a tiempo! Para que provocara el caos y la anarquía temporaria, para lavar con sangre lo que una vez se ensució con tantos fusilamientos, para reclamarle al mar los huesos de nuestros muertos. Para decirle de una vez por todas a Mariela, que podía regresar desde Australia y que su emigración fue un “error histórico”, que su pueblo no es culpable de que ella se convirtiera en jinetera, digamos prostituta. Lástima que fuera protegido por un Dios tan hijoputa que se olvidó de nuestro pueblo, nadie sabe cuántos muertos estuvieran vivos y las vacas fueran menos sagradas que en la India, y que el pueblo estuviera dividido en dos, entre los amantes de la pelota y los que desean su libertad.


Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá
2007-07-02



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