40 AÑOS DE NOTAS BREVES

por Esteban Fernández


¡Le traquetea! Ya me estoy acercando a los 40 años de estar escribiendo esta columna. ¿Y qué sensación me produce eso? Simplemente me siento tranquilo. Ya se acabó, desde hace rato, la época en que me preocupaba, o quería discutir, o discrepar, o polemizar con alguien.

Antiguamente cuando llevaba varios meses escribiendo me dolía cuando alguien me enviaba una carta diciéndome que no le gustaba o que estaba en desacuerdo con el tópico escogido por mí. Ya lo que me sorprende es el poco antagonismo que producen mis escritos.

Porque al estar llegando a los 40 años de estar escribiendo encuentro hasta justo escribir alguna que otra basura. O muchas basuras. Y el que piense que todo es basura y tenga la gandinga de seguir leyéndome merece una estatua en algún parque del exilio.

Antes, enseguida que leía algo con lo cual yo no estaba de acuerdo quería salirle al paso y exponer mi punto de vista contrario. Ahora lo encuentro ridículo porque mis puntos de vista ya los conoce todo el mundo. Además, la verdad, es que me importa tres pepinos lo que cada cual escriba, piense y diga. Allá ellos con su condena.

¿Saben ustedes cuántas personas (cuando alguien escribe alguna barrabasada) me llaman y me piden que diga lo contrario en la Nota Breve? Y después de estar escribiendo casi 40 años me es muy fácil decirle a todo el que quiera darme cranque: “Chico ¿tú no lees La Nota Breve? ya yo hablé sobre ese asunto, y di mi opinión 4 veces al respecto desde el año 66”...

Algunos se quejan cuando hago un montón de artículos humoristas y dicen: “Ah, ya Esteban no habla de Cuba ni de la liberación de Cuba, es un costumbrista”. Y cuando disparo cientos y cientos de artículos dedicados a nuestra causa: “Ah, Esteban insiste en la misma matraquilla”. Y me da lo mismo “chicha que limoná” y sigo adelante.

Porque lo que muchos no entienden, y ojalá lo entiendan, es que para poder lograr escribir durante 4 décadas es necesario hablar de todo, y hablar en serio, y hablar en broma, y tocar miles de temas diferentes. Hace mucho rato que nadie leyera La Nota Breve si yo semana tras semanas (cientos de semanas) estuviera diciendo la misma cosa. Las dos únicas constantes son: amor a mi Patria y odio a los que la esclavizan. Y mi único objetivo es hacerlos reír unas veces y hacerlos llorar otras.

Después de 40 años haciendo La Nota Breve todavía no me considero escritor, ni los halagos me hacen engreírme, y ya las critican me resbalan. Lo que nadie, ni amigos, ni enemigos, ni simpatizantes, ni envidiosos, puede negarme es la constancia y la imaginación. En California solo hay 3 o 4 cubanos que han tenido mi misma insistencia.

Ni tengo títulos universitarios, ni estudié periodismo, ni jamás me las doy de sabiondo, ni de literato. Simplemente emborrono cuartillas porque me encanta poder expresarme sin que nadie me interrumpa.

¿Saben ustedes cuál es el elogio más bonito que he recibido en 40 años? Un señor que se me acercó en un acto cubano y me dijo: “Sus Notas Breves son una basura pero después de tantos años leyéndolas ya me he acostumbrado y es lo primero que yo busco todos los jueves” Hubo otra crítica que me encantó y fue cuando estuve durante un mes grave hace tres años y me vi en la necesidad de repetir unas columnas que había escrito hacia mucho rato y un lector me hizo varias cartas súper molesto echándome con el rayo porque “él ya había leído eso” y hasta me envió copias de mis escritos. Y ese fue el mejor halago: que alguien guarde mis escritos y se dé cuenta de que los he repetido. Y ese hombre también merece una estatua.

Éste y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

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