LA CHISMOGRAFIA TELEVISIVA

por Esteban Fernández


¡Ñooo, hasta la coronilla me tienen con los chismes faranduleros en la televisión hispana! Recuerdo que antiguamente yo criticaba tantas telenovelas, pero ahora, desde hace rato, la cosa se ha puesto peor. Cometemos el error garrafal de “querer ver algo en nuestro idioma” y tropezamos con 350 chismes, boberías y escándalos y tenemos que escuchar “que fulanito se divorció de menganita” y encima de eso que cada cual ventile su divorcio en público y lanzan mil improperios contra su antiguo cónyuge. Sí, ya sé que usted inmediatamente, y con mucha razón, piensa que me refiero principalmente a Niurka Marcos y Bobby Larios porque a esa pareja la vemos hasta en la sopa y la tenemos en la televisión a pupilo. Y antes tuvimos que soportar el mismo “bochinche” con el primer marido de Niurka, Juan Osorio, quien de paso nos insultó y nos incluyó a todos los cubanos en sus ataques a su ex mujer.

Y la verdad es que no solamente son ellos, esto es una epidemia, porque hay un montón de aspirantes a ser famosos que no tienen talento de ninguna clase, e intentan hacerse populares gracias a las cuchufletas y las diatribas públicas. Y de pronto nos ponen a Paulina Rubio (siempre la introducen como si fuera un “monumento” y no es mas que un “bacalao”) bañándose y besándose en una playa española con su novio. Y nos presentan eso como si fuera un “escándalo”; y es obvio que fueron ellos los que llamaron a los fotógrafos y camarógrafos para salir en la televisión. Pura publicidad barata.

La cosa más tragicómica que he visto últimamente fue a la mamá de Bobby Larios, creo que la llaman Doña Chuy, una humilde dama desde su puesto de vender comida, haciendo “declaraciones públicas” diciendo que “Ella inyectaba a Niurka Marcos (no sabe bien para qué) supuestamente para que bajara de peso y contra la celulitis” y además que “Su hijo no es gay”. Oh, y aclara que “Ella no hace tamales”.

Y Luis Miguel que ignora la prensa, es más, le huye a los medios de comunicación, que lo único que le interesa es “tener sexo, divertirse y cantar”, y ni con eso se salva de que todos los días lo presenten y le inventen un chisme nuevo, y de pronto nos dicen que “Se casará en La Habana con su última víctima Aracely Arámbula” y solo unos meses antes “lo estaban casando con Myrka Dellanos”. Y a cada rato le dan la sorpresa de que “apareció la madre que hace mucho rato se esfumó del mapa”. Y como si esto fuera poco hace unos meses un artista llamado Jorge Vargas “declara con bombos y platillos” que “El vio al padre de Luis Miguel, Luisito Rey, dándole drogas cuando era un niñito”.

Y todo esto lo puso en moda aquí la revista National Enquirer, y ha proliferado, ha contagiado a los latinos, y ha crecido entre nosotros como la verdolaga.

Entonces, lo importante actualmente, lo que trae publicidad, no es ser un gran cantante, o un magnífico actor, o un brillante músico, sino ventilar públicamente los tarros, los insultos, los ataques, o ser “querido” de la vieja loca Irma Serrano, o un chofer diciendo que se acostaba con Juan Gabriel.

¡Que pena, mis estimados amigos, con lo linda, hermosa y talentosa que fue la cantante Selena y ahora tenemos que ver a su hermano (que no es mas que un tapón de bañadera) de un “tiqui tiqui” en otro! Y encima de eso tenemos que escuchar a individuos en “Talk Shows” prestándose a ventilar situaciones inverosímiles, y escándalos, que a cualquier ser humano decente le daría pena hasta confesárselos a un sacerdote.

Y yo me pregunto: “¿Qué pasó con la discreción, con la “privacidad”, con la integridad, la caballerosidad y con la “incompatibilidad de caracteres” como única excusa a un divorcio?" Y yo insisto: “¡Cuánto yo extraño a Jesús Alvariño, a Rolando Ochoa, a Manolo Coego, a Jorge Félix, a Carlos Barba, a Gina Cabrera, a Mánela Bustamante y a todos los artistas de la Cuba, y la televisión decente, de ayer!".



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