YO: MUY BRUTO

por Esteban Fernández


Una de las cosas que yo nunca he entendido en mi vida es por qué todos los padres del mundo coinciden en no tener el valor (empezando por mis difuntos padres) de sentarse con los maestros y preguntarles: “¿Para qué carijo le va a servir en el futuro a mi hijo esta asignatura que tanto lo está haciendo sufrir?”

Porque yo les voy a decir algo a ustedes: yo tuve unos padres magníficos pero siempre me he quedado con la duda de por qué no salieron a defenderme, junto a todos los padres de mi pueblo, ante nuestros sufrimientos con cosas que después jamás hemos necesitado en la vida adulta. No entiendo por qué nadie le dijo a todos mis profesores: “Este muchacho se defiende un poco en LAS LETRAS pero para las Matemáticas es casi retardado mental así que no pierdan el tiempo con él ni lo hagan sufrir mas”.

Nunca entendí ¿para qué diablos se utiliza el ALGEBRA? Jamás comprendí eso, y ante mis quejas la solución de mis padres era ponerme en algo que llamaban “clases particulares” con el profesor Rafael Tomé y ni con eso yo lograba entender nada.

Jamás en toda mi existencia yo he sabido, ni he entendido, en qué yo puedo utilizar algo así como 2/4 + 3/8. Y por favor que nadie me escriba tratando de explicármelo porque a estas alturas de mi vida ya es muy tarde. En realidad yo he sobrevivido muy bien utilizando todo lo que me enseñó una muchacha de Cárdenas llamaba Violeta Espinosa que vino a Güines a enseñar en el KINDERGARTEN del Colegio Americano.

Algo con lo cual me martirizaron muchísimo era con los “PROBLEMAS”. Yo soy muy bruto y nunca entendí eso. Cosas así como: “Si vamos en un tren a 40 kilómetros por hora, el tren tiene 4 paradas, en cada parada se montan 4 hombres, el tren hace un recorrido de 4 horas ¿cuántos hombres hay en el tren, cuantos kilómetros se han recorrido?” Y yo respondía: “No tengo la menor idea porque si no se montó ninguna mujer bonita yo me bajo en la primera parada”.

“La raíz cuadrada de la hipotenusa” Por favor ¡¿qué cosa es eso?! Cuánto me hicieron sufrir con esa tontería. Jamás (nunca, never) en mi vida yo he usado eso para nada. Nunca nadie (en ningún trabajo, ni en ningún lugar) me ha preguntado sobre ese asunto. No es como que uno invita a salir a una dama, o le pide que se case con uno, y nos responde: “Bueno, yo no me caso si tú no sabes bien lo que es la raíz cuadrada de la hipotenusa”.

Otro lío tremendo para mí fue una cosa que le llamaban TEOREMAS. Esos Teoremas jamás me entraron en mi privilegiada cabeza, ni con la ayuda de una inteligente vecina mía llamada Elena Pérez Ramos quien junto a mí sufrió extraordinariamente tratando que yo entendiera eso. Llegó el momento en que deseché la idea de entender los Teoremas y opté por utilizar algo que siempre me ha ayudado mucho: la memoria. Y solucioné el asunto aprendiéndome todos los Teoremas de memoria.

En “Física y Química” también era un TOLETE. Una prima mía llamada Dora Carabeo que era genial en esas materias lo único que le faltaba era abrirme un hueco en el cerebro con un taladro para meterme a la cañona algo que para mí era más difícil que el idioma chino. Está de más decirles que nunca me he encontrado en una situación que amerite saber física y química.

Quiero que sepan que yo comencé muy bien: sumar, restar, dividir, multiplicar, pero donde “La mula tumbó a Genaro” fue cuando tropecé con una piedra llamada Geometría. Ahí mismo fue donde mis padres debieron ponerle un “STOP” a mi innecesario martirio y haber dicho: “A este muchacho solo enséñenle español, a leer y escribir, que algún día él solo sabrá hacer La Nota Breve”.



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