LAS DOS CUBAS DE LOS VISITANTES

por Esteban Fernández


Existen ciertas contradicciones entre los visitantes a Cuba. Unos regresan aquí destruidos, decepcionados, tristes, traumatizados describiendo la Isla como si fuera un verdadero infierno. Hasta tienen que ser asistidos por sicólogos y siquiatras tras el viaje.

Cuando yo hablo con estos siempre me parece que les falta terminar la descripción con un “¡Ñooo, que razón tú tenías!” Si, porque a mí no me hace falta ir allí para saber que aquello es una pocilga. Y, es más, muchos lo dijimos desde el principio, dijimos que Fidel Castro iba a destruir a Cuba y no nos hacían caso, y tal parece que es ahora, 48 años mas tarde, que algunos van allí y se dan cuenta que aquello es una basura.

Pero casi nadie da su brazo a torcer. Yo he conocido casos de cubanos con cuales nos metimos más de tres años discutiendo, aclarándoles las cosas, explicándoles que “Fidel era comunista, y más que comunista era un H.P., que iba a acabar con la nación, que iba a implantar una tiranía violenta” y nos discutían, nos insultaban, nos acusaban de “esbirros”, y después de vivir muchos años en el exilio van allá y se dan cuenta de la hecatombe pero no piden disculpas y mucho menos perdón.

Una sola excepción para mí resulta un ex fidelista, con quien compartí un programa de Agustín Tamargo en Miami, llamado José Cohen, porque públicamente lo escuché pedir disculpas y darnos la razón a todos los que habíamos estado claros desde un inicio. Y este señor no solamente era comunista sino que según él proviene de padres y familiares miembros del Partido. Y yo, ahí, desde luego, le estreché la mano sin problema alguno. ¡Porque fue el primero que me encuentro que tiene el valor de darnos la razón!.

Si, muchos cubanos llegan de la patria nuestra después de haber palpado, visto de cerca, aquilatado, la enorme depauperación producida por 48 años de castrismo. Algunos hasta llegan aquí enfermos de los nervios.

Oh, pero la contradicción es porque hay otros que regresan diciendo que “Aquello ha mejorado mucho, que existe progreso en el campo de la medicina y la educación, y que el Cabaret Tropicana está muy bonito, y las aguas de Varadero son muy cristalinas”.

Y la parte inexplicable, lo que no dicen ni aclaran es: “Si nuestro país está tan bien, si Castro ha logrado muchos adelantos, si hay tantos médicos, si allá hacen tan buenas intervenciones quirúrgicas, si la educación es gratuita ¿PARA QUÉ REGRESAN A LOS ESTADOS UNIDOS?

Eso no tiene lógica, si Cuba es una maravilla ¿qué hacen aquí?.

A mí me encantaría reunir a los dos bandos para ver si se ponen de acuerdo: los que llegan en estado de “shock” producto del desmadre imperante y los que dicen que “Allí todo el mundo vive muy contento”.

Y preguntarles: “Chicos ¿ustedes están locos o fueron a dos Cuba diferentes?”

Y a los que dicen que “Allí sus familias están muy contentas” preguntarles: “Compadres ¿ustedes son sobrinos de Colomé Ibarra o primos de Ramiro Valdés? Y si la familia está muy alegre allí ¿por qué tuviste que llevarles hasta calzoncillos y ajustadores y Kotex?

Lo que pasa es lo siguiente: que hay algunos que van allí de buena fe, a ver a sus seres queridos, que desconocen la exactitud del desastre imperante y vuelven con los corazones hecho pedazos, con las almas estrujadas, y hay otros que van con dos botellas de Viagra, a buscar muchachitas jineteras de 16 años, van de vacilón, van exhibir prendas y billetes, y a ese tipo de mequetrefes la tiranía los trata a cuerpo de reyes y no carecen de nada. Y la única verdad es que: ¡HAY UNA SOLA CUBA Y ESA CUBA ES UNA BASURA DESDE EL MISMO 1959!.



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