El reto estéril de Fidel a Europa

por Ernesto F. Betancourt

En su discurso del cincuentenario del 26 de Julio, Fidel demuestra que está al final de la línea y que no le interesa el bienestar ni del pueblo cubano ni de sus leales servidores. Ahora los malvados han pasado a ser los europeos, a quienes ha retado con la renuncia a la ayuda humanitaria. Significativamente, los despachos que vienen de Europa revelan que ni las embajadas de los países europeos en La Habana, ni la sede de la Comunidad Europea en Bruselas, han recibido notificación formal de Cuba cancelando la ayuda. Por tanto, puede que sea otra mera boconada de un viejo chocho a quien nadie se atreve a mandar a callar. En cualquier caso, es muy preocupante que un hombre con poder de mandar a fusilar a cualquiera que se le antoje, dentro de ese feudo que se llama Cuba, esté hablando tantos disparates.

El discurso se distinguió por el silencio respecto al enemigo favorito, excepto para ofender a los europeos acusándolos de haberse convertido en meros instrumentos del imperialismo yanqui. Parecería que su mente calenturienta ha llegado a la conclusión de que George W. ha desistido de la ''conjurita'' de montar una invasión con la excusa de un éxodo migratorio. Vale la pena meditar sobre lo que Fidel dijo y sobre lo que calló.

Dedicó una buena parte del discurso a revivir La historia me absolverá, aunque no se sinceró con los diez mil invitados al acto para confesarles que la frase se la había plagiado nada menos que a Adolfo Hitler, a quien leía asiduamente en su etapa de admirador del nazismo. Tampoco se sinceró confesando por qué había ocultado su intención de llevar a Cuba al comunismo, sistema que le ofrecía una justificación ideológica perfecta, con el marxismo-leninismo, para instalar un régimen totalitario en Cuba, además del apoyo estratégico de la Unión Soviética para neutralizar a EEUU.

Al describir los logros de la revolución cayó en contradicciones, pues en un momento citó que en Cuba había un 90% de analfabetos, pero después lo bajó a 22.3%. No mencionó el desplome en la matrícula universitaria por falta de remuneración adecuada para los graduados. Al hablar de los logros en salud, omitió mencionar lo que saben todos los cubanos: que en los hospitales a los que tiene acceso el cubano de a pie las carencias de lo más elemental son abismales, mientras que en el CIMEQ y otros reservados para los extranjeros y la nomenklatura hay de todo. Lo de la vivienda es increíble que se atreviera a mencionarlo, porque el déficit habitacional es una de las fallas mayores del régimen. A La Habana le dicen San Lázaro, en vez de San Cristóbal, por estar sus edificios apuntalados con muletas.

Fue altamente significativo que no mencionó para nada el ingreso per cápita, ni el producto nacional bruto, ni las exportaciones, ni la debacle azucarera. El hecho cierto es que, en 1958, Cuba tenía el tercer ingreso per cápita en el hemisferio y ahora se codea con Haití en el último lugar. Ubre Blanca, con la sonrisa que captara el escultor de su estatua, como la describiera uno de los picúos de Granma, tampoco fue mencionada, ya que la ganadería ha sido uno de los grandes fracasos de la revolución a resultas de las genialidades genéticas de Fidel.

Otra área de La historia me absolverá, y de toda la campaña del 26 de Julio para justificar la insurrección contra Batista, que se calló fue la restauración de la Constitución del 40 y de todas las garantías constitucionales que ofrecía, y que hoy son negadas con métodos y crueldades peores que las que nunca se vieron en época de Batista. Para ver esto, basta leer el artículo de Gustavo Arcos --uno de sus compañeros ese día-- en el New York Times, comparando el trato que recibieron en las cárceles de Batista con el que se da hoy a Martha Beatriz Roque, Oscar Espinosa Chepe, Oscar Elías Biscet y otros.

Los comentarios en el discurso sobre las relaciones económicas con Europa son aleccionadores. Ahora resulta que el que Cuba pudiera importar más de lo que exportaba a Europa no es un saldo beneficioso en términos materiales al pueblo cubano, que pudo consumir esos productos gracias a créditos que Fidel no ha pagado, sino otra injusticia de los coloniales europeos. Sirva esto de lección a los señores Rockefeller y Andreas, con sus intrigas detrás de bambalinas para levantar la prohibición de dar créditos a Cuba; y a los congresistas y senadores de los estados agrícolas que cínicamente promueven las exportaciones de sus granjeros con toda clase de racionalizaciones.

¿Por qué hace esto Fidel? Hay que preguntarse. ¿Es que está desbarrando incontrolado e incontrolable? ¿Dónde está Raúl y por qué no se le dio prestancia alguna en los medios del régimen, cuando ese día dirigió el ataque a Bayamo? ¿Teme Fidel tanto a la disidencia que ve como una seria amenaza a su régimen el que los europeos le den acceso a sus embajadas? ¿Ignora Fidel que puede estar poniendo en peligro el tráfico turístico europeo a Cuba, o sencillamente no le importa? ¿Es que los generales cubanos son tan cobardes que no se atreven a poner fin a tanta sandez y servir a Cuba en vez de a Fidel?


FIN


El Nuevo Herald and wire service sources.
http://www.miami.com


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