¿Será éste el año?

por ERNESTO F. BETANCOURT

Aprincipios de cada año siempre me hacen la pregunta: ¿Crees que éste será el año en que por fin nos libremos de Fidel? Nunca he respondido afirmativamente porque tengo en mente el dicho chino: ''Hacer predicciones es muy difícil, sobre todo en cuanto al futuro''. Lo que sí puedo hacer es compartir con mis lectores cómo veo las cosas.

No hay lugar a dudas de que el régimen que instauró Fidel en Cuba ha fracasado en lo económico, aunque no en lo político. Su mayor error fue aliarse con la URSS e introducir un sistema comunista en Cuba. A Fidel no le importaba que el comunismo fuera un fracaso en lo económico, porque los subsidios soviéticos más que compensaban por las fallas del sistema y, como el camarada Mao, considera que las privaciones materiales ofrecen amplias oportunidades de control político. Además, el comunismo se basa en un solo partido, sin someterse a elecciones que pudieran cuestionar su gestión.

A nivel internacional, el comunismo ofrecía el apoyo estratégico de la cohetería nuclear y la maquinaria propagandística más elaborada que haya existido. Esto permitió vestir con ropaje ideológico respetable a un régimen que es una tiranía tropical, caudillesca y feudal. Combinado con su innegable carisma personal, el comunismo ofrecía a Fidel el sistema ideal para canalizar su ambición de gloria y poder.

Pero el pueblo está saliendo del hipnotismo carismático. Entre los apagones, la falta de transporte, agua, vivienda, comida y medicinas, la gente ya no aguanta más. Y le han reducido también los servicios médicos para generar divisas. Ya no vale la pena estudiar porque se ganan más dólares con propinas del turismo que con un título universitario. Eso alimentó el resolver y la corrupción. Todo eso es fruto del régimen que instalaron Fidel y su hermano Raúl.

Al inicio de este año, aun dentro del régimen, hay muchos que están conscientes de su fracaso. Pero el senil mago de las patrañas y las mentiras tiene un nuevo cuento. Ahora resulta que la corrupción es la culpa de otros y que el comandante va a ponerle coto. La electricidad volverá con la revolución energética. Por favor, recuerden ''la zafra de los diez millones'', Ubre Blanca, ''el cordón de La Habana'', la desecación de la Ciénaga de Zapata... La revolución energética es otra tomadura de pelo. ¿Hasta cuándo, señores?

En medio de esta debacle, surge la ola izquierdizante en América Latina. Hugo Chávez y Evo Morales, dos pobres diablos que se han tragado los cuentos de Fidel, quieren usar a Cuba como modelo. El primero, por lo menos, tiene el dinero del petróleo que le ha permitido dar al régimen un significativo salvavidas financiero. Pero esta ayuda será un bien fugaz. El manirroto de Chávez va camino de un desastre económico en medio de una corrupción galopante. Entre el 2006 y el 2007 ese globo se desinflará. Y, entonces, ¿quién cargará con el déficit del régimen?

Evo ni eso puede ofrecer. Veamos. Se reúne con Lula el 13 de enero. Petrobrás, la entidad estatal petrolera brasileña, es el mayor inversor en Bolivia. Evo tiene el compromiso con sus electores de nacionalizar los hidrocarburos. Pero Bolivia es el suministrador número uno de gas para las cocinas del pueblo brasileño. Lula está contra la soga políticamente por el escándalo de José Dirceu. Lula necesita que Evo le permita salvar cara con el gas natural de Bolivia. A cambio, le ofrecerá parte de las dos refinerías que compró Petrobrás. Algo similar le puede ocurrir a Evo con el argentino Kirchner y la Repsol/YPF, el segundo inversor en hidrocarburos en Bolivia. Con Chile, el conflicto puede resultar en la secesión de Tarija y Santa Cruz. Y hasta en un conflicto regional.

Pero Evo no le puede tirar la toalla a nadie por muy izquierdista que sea. Felipe Quispe, otro líder indígena boliviano, lo ha llamado pendejo públicamente y ha dicho que los de su partido, el MAS, son unos prostitutos. A Evo le han dado noventa días para cumplir sus promesas. Si no satisface a los indígenas, va camino de la defenestración.

En contra de la impresión generalizada de que la izquierda está unida en la región, la realidad es que hay muy serios conflictos de intereses entre esos países. Por eso Fidel no se hace ilusiones: el descalabro interno lo tiene que resolver sin contar con ayuda regional... O lo resolverán otros. No sé si será en el 2006 o en el 2007.


Jan 7, 2006

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