Izquierdas: la verdad oculta detrás de la ola "anti-estadounidense"

Por Gonzalo Guimaraens

Por detrás de la reciente ola anti-estadounidense, insuflada por las izquierdas del mundo entero y amplificada por importantes medios de comunicación, subyacen dos motivos sobre los cuales casi nadie habla:

Primero, el sordo resentimiento comuno-progresista contra los países libres, en particular, contra Estados Unidos, provocado por el derrumbe del imperio soviético en 1990. Derrumbe que dejó al colectivismo marxista como una experiencia fracasada y superada, que se pierde en la Historia con un triste saldo de miseria, opresión y sangre, enterrando los propios mitos con los cuales engañó a tantos, durante décadas.

Segundo, la tendencia conservadora de sectores importantes de la opinión pública norteamericana, que se fue consolidando en los últimos años, influenciando los rumbos del país y constituyendo un incómodo obstáculo al avance revolucionario.

Para ocultar estas verdaderas motivaciones, e intentar llevar atrás de sí a la opinión mundial, las izquierdas impulsaron esa onda anti-estadounidense emocional e irracional, que parece condenar indiscriminadamente todo lo que provenga de los Estados Unidos. En realidad, en el seno de ese país-continente existe una enorme diversidad de ideas y de culturas, muchas de ellas, antagónicas. Dentro del propio gobierno norteamericano, presentado por el anti-norteamericanismo irracional como monolítico, coexisten tendencias diferentes y hasta contradictorias, un tema que se torna indispensable abordar en un momento oportuno.

En esta diversidad norteamericana, todo aquello que ha sido y es contrario a los principios de la civilización cristiana en los planos social, cultural, político y religioso, resulta censurable. Pero no es esto lo que incomoda e irrita al comuno-izquierdismo y sí aquello que los Estados Unidos han hecho de bueno, en particular, en defensa de la libertad.

En política, lo que se presenta de manera exagerada, sin los indispensables matices, corre el riesgo de caer en el descrédito y terminar en la insignificancia. La actual ola izquierdista anti-estadounidense, aún contando con las cajas de resonancia de grandes medios de comunicación, es sumamente vulnerable por sus parcialidades, exageraciones y omisiones, que agreden el sentido común.

La causa de la civilización cristiana exige de cada uno de nosotros un esfuerzo para contribuir a dejar en evidencia la artificialidad de dicha maniobra de envergadura mundial. De esta manera, podremos exclamar, parafraseando al escritor Hans Christian Andersen: "¡El anti-norteamericanismo irracional está desnudo!"


FIN


Gonzalo Guimaraens es consultor político. E-mail: cubdest@cubdest.org

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