Foro Social Brasileño: la meta de "desconstrucción" y "reinvención" del hombre y la sociedad

Un cambio de mentalidades que aparte lo más posible al ser humano de los Mandamientos de la Ley de Dios

Por Gonzalo Guimaraens

En la mayoría de los conferencistas del Foro Social Brasileño (FSB) se percibió una notoria ambiguedad en la hora de definir cómo la "utopía" socialista se traduciría, concretamente, en el "otro mundo" y el "otro Brasil" propugnados por el FSB. Similar indefinición se vio también en las tres ediciones del Foro Social Mundial de Porto Alegre, en el reciente congreso mundial de la Internacional Socialista (IS) y en el discurso allí pronunciado por el presidente Lula, así como en otros eventos internacionales de ONGs. Ya son muchos años de articulaciones y debates, y era razonable esperar que se hubiera avanzado en la formulación de sistemas sociopolíticos alternativos a los actuales, objetos de críticas radicales. Esta indefinición levanta interrogaciones inclusive entre participantes de dichos eventos. Jair Barbosa Júnior, del Instituto de Estudios Socioeconomicos (INESC), de Brasilia, presente en el FSB, constató que el evento "peca un poco por no presentar propuestas efectivas", y que lamentablemente "tanto este Foro cuanto el Mundial de Porto Alegre fueron más diagnósticos que propositivos".

Las corrientes comuno-socialistas clásicas, ligadas ideológicamente al fracasado "socialismo real", evitan proponerlo públicamente como un modelo viable, por sus indesmentibles secuelas de injusticia, miseria y sangre. Por otro lado, las corrientes comuno-anárquicas, partidarias de nuevos "paradigmas" a los que se llegaría mediante el incentivo de todas las formas posibles de "diversidad" y "transversalidad" revolucionaria, e inclusive de caos, se excusan de efectuar esas incómodas definiciones alegando que es un proceso en construcción, del cual no existen antecedentes históricos (cfr. Destaque Internacional, "Foro Social Brasileño: izquierdas debaten utopía, estrategias y dilemas", Nov. 12, 2003; CubDest, "Foro Social Mundial, ‘transversalidad’ y caos", Febr. 15, 2003).

Mientras tanto, influyentes personeros de una y otra corriente, protegidos por esa ambiguedad, parecen concentrar sus esfuerzos en incentivar en el ser humano un cambio de mentalidades que lo aparte lo más posible de los Mandamientos de la Ley de Dios y de los principios de la civilización cristiana. Ayer, la prioridad del proceso revolucionario parecía estar concentrada en el plano del convencimiento a través de las ideas. Hoy, ante las dificultades encontradas en la vía de la persuasión ideológica, el énfasis parece estar en el campo de la transformación de las tendencias y de las mentalidades, algo que en cierto sentido tiene la capacidad de modificar más profundamente al ser humano.

En el panel "Superación del neoliberalismo a través de proyectos democráticos, populares, no sexistas y anti-racistas", la psicóloga Nalu Faria, representante de la Red de Economia y Feminismo en Brasil, que actuó como moderadora, señaló la necesidad de la "desconstrucción" social, política y moral del Brasil actual como una condición previa para emprender el nuevo camino revolucionario: "Nuestra construcción pasa por la desconstrucción de las actuales estructuras jerárquicas, machistas y racistas de la sociedad brasileña", para poder de esa manera "disputar un nuevo proyecto de sociedad en la cual sea respetada la igualdad racial y sexual entre hombres y mujeres, incluídos los homosexuales".

La médica Jurema Werneck, secretaria ejecutiva de la Articulación de Organizaciones de Mujeres Negras Brasileñas, una de las expositoras en el mencionado panel, hablando desde la perspectiva de una "feminista negra", se encargó de complementar la idea de "desconstrucción" con la de una indispensable "reinvención" del ser humano y, por ende, de la sociedad: "El estado actual de la conciencia militante y de la condición política en transformación de mujeres y de homosexuales, exige un proceso que haga posible el surgimiento de nuevos hombres. Y esto sólo puede ser hecho a partir del momento en que ellos rompan la inercia y se proyecten en el proceso desconocido de reinventarse", desde una "perspectiva" "anti-sexista, anti-racista y anti-homofóbica", opuesta a los "valores masculinos, brancos, ocidentais e heterossexuais".

Werneck aclaró que no tenía una "respuesta pronta" pero sí "sugerencias" y "pistas" de "procesos bien sucedidos" que podrían orientar la "reinvención" del "nuevo mundo" auspiciado por el FSB. En ese sentido, colocó como ejemplo la constitución en Brasil, en el siglo XIX, de los llamados "quilombos" organizados por negros, que "eran fundamentalmente territorios libres", a partir de los cuales, según Werneck, "se podría construir un nuevo sentido de pueblo, nación o comunidad", fundado en el "rechazo radical" a cualquier "subordinación".

En ese proceso de "desconstrucción" y "reinvención" entra, como ya fue visto en artículo anterior, el aporte de las seudo-culturas indígenas, presentadas como sistemas sociales valiosos, tal como lo manifestó en el FSB una representante del MST (cfr. Destaque Internacional, "Foro Social Brasileño: articulaciones de ‘izquierda católica’, MST e indigenistas", Nov. 14, 2003).

También entra de lleno la completa liberación del aborto (que no es sino una matanza de inocentes en el vientre de sus madres), tal como fue defendido en el seminario "El aborto no debe ser considerado un crimen", organizado por la Red Feminista de Salud y por la Central Única de Trabajadores (CUT).

En ese "mundo nuevo" que pasaría por un radical proceso de "desconstrucción" y "reinvención", construído sobre una "diversidad" que haga de la relativización de toda verdad un valor absoluto, ¿qué espacio se dejará para quienes disientan de esa visión tan diametralmente contraria a los Mandamientos y a los principios de la civilización cristianao? (cfr. "Foro Social Mundial, ‘diversidad’ y nuevos totalitarismos", CubDest, Febr. 14, 2003). Es esta una de las cruciantes preguntas que pueden ser levantadas a la vista de ese gigantesco plano para "desconstruir" los restos del Brasil, llamado otrora Tierra de Santa Cruz.

A través de cinco artículos, nuestro objetivo fue mostrar algunos aspectos del Foro Social Brasileño, un evento que prácticamente silenciado por la gran prensa, sin pretender agotar el tema; y ofrecer esta información a la opinión pública, dando elementos para un eventual debate. Los lectores tienen la palabra.


FIN


Fuentes:

Adital, Carta Maior, Diário Vermelho, Luso-Brasileira de Notícias y corresponsales de Destaque Internacional en Belo Horizonte: Nelson Andrade, Ana Maria Lopes y Fernando Alencar.

Artículos anteriores:

Foro Social Brasileño: radiografía de las izquierdas

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