LA TEOLOGIA MARXISTA

por Hugo J. Byrne


En medio del clamor anticubano que desató el "main stream media" mientras supuestamente cubría las noticias producidas por la tragedia de Elián González, de entre toda la gama de ignominias e insidias que florecieron en la prensa, nada se compara a la redomada hipocresía con que se presentara al llamado "Concilio Nacional de Iglesias." Solamente unas poquísimas voces honradas (George Will de la ABC y algunos pocos comentaristas de Fox News) tuvieron el coraje de llamar a este frente de penetración marxista por su nombre de pila. El resto de los seudo periodistas del cintillo sensacional, quienes controlan la gran mayoría de los programas televisados y dominan el mundillo del peridismo sindicado, nos presentaron a los camaradas del "Concilio" y a su vocero, la "Reverenda" Joan Brown Campbell, como a reales y sinceros dirigentes cristianos en búsqueda de un objetivo humanitario.

Estos elitistas arrogantes de la prensa mendaz de Norteamérica, quienes de veras creen pertenecer a una casta superior e intocable (hace varios años Geraldo Rivera la emprendió a puntapiés y obcenidades contra la puerta cerrada de una rampa en LAX, al ser notificado que había llegado tarde y que su vuelo ya había partido), no sienten bochorno alguno por desorientar al público, siempre que su agenda o sus intereses mercenarios saquen ventaja.

El "Concilio" fue fundado en 1950 y desde su inicio abrazó la llamada "teología de la liberación." Cuando Castro llegó al poder en 1959 el "Concilio" urgió un rápido reconocimiento de su régimen por el gobierno norteamericano. En la segunda mitad de la década de los sesenta, el llamado "Servicio Mundial de la Iglesia" (subdivisión del "Concilio" para asuntos de bienestar social), estableció en Miami el "Cuban Refugee Emergence Center", bajo la dirección de James McCracken. Más tarde el "Concilio" despidió a McCracken y desautorizó sus actividades, que al decir de la dirigencia del "Concilio", "…promovían los espúreos esfuerzos de nuestro gobierno por desacreditar a Cuba e inspiraban actitudes hostiles hacia la misma entre las congregaciones norteamericanas." En lugar de McCracken el "Concilio" nombró al "Reverendo" Paul Mc Cleary, quien prontamente estableció una oficina de cabildeo castrista en Washigton D.C. De acuerdo al periodista Kenneth Lloyd Billingsley del Washington Times, McCleary testificó en una ocasión en favor de los "campamentos de reeducación" vietnamitas, los mismos de que escapaban con gran peligro de sus vidas aquellos infelices que el mundo bautizó como "boat people." En 1978 James Armstrong fue designado presidente del "Concilio." Un año antes, Armstrong declaró: "Existe una diferencia significativa entre las situaciones en que se toman prisioneros por oponerse a regímenes que tienen el propósito de perpetuar iniquidades, como por ejemplo en Chile o Brasil y situaciones en que se toman prisioneros por oponerse a regímenes que eliminan esas iniquidades, como en Cuba." En otras palabras, los crímenes no son crímenes siempre que los cometa el estado socialista. El fin justifica los medios, aún cuando el fin sea entregar una nación al mandato corrupto de un tirano amoral.

Las actividades pro marxistas del "Concilio" nunca se han ceñido solamente a la retórica. En 1982 tanto Reader's Digest como el programa televisado de CBS "60 Minutes" (quien no es precisamente conservador ni amigo de los cubanoamericanos) denunciaron que el "Concilio" había hecho llegar cinco millones y medio de dólares a organizaciones marxistas terroristas en Zimbabwe, Namibia, Mozambique y Angola..

Es importante recordar a los lectores que la "Reverenda" es la presidenta saliente del "Concilio." Su nuevo presidente es nada más y nada menos que Andrew Young, antiguo alcalde de Atlanta y antiguo embajador norteamericano en las Naciones Unidas, posición a la que fue designado por el entonces presidente Carter y de la que fue separado por las sandeces que declaraba a menudo. Young era y es promarxista. Recordemos cuando dijo que los mercenarios castristas en Angola representaban "estabilidad y orden" en esa área del mundo, cuando llamó "santo" al Ayatolla Khomeini y cundo afirmó que "…quizás sea necesaria la destrucción de la civilización occidental, para que el resto del mundo pueda vivir en libertad y fraternidad."

No es la primera vez, por supuesto, que la "Reverenda" Joan Brown Campbell viaja a la Cuba de Castro. En 1991 la "Reverenda" visitó al tirano, a la cabeza de una delegación del "Concilio." En esa ocasión estaban tratando de ver de que manera podían cooperar en la misión de sacar a flote a su régimen, quien recién había recibido notificación de deshaucio de la arruinada y tambalente Unión Soviética.

Ninguna de estas cosas, obviamente, salieron a relucir cuando la "Reverenda" fue entrevistada en las estaciones de televisión. Un ejemplo clásico: Andrea Mitchell de CBS. Sonriendo de oreja a oreja, Andrea Mitchell dejó que la notoria "Reverenda" se diera un baño de rosas. Ni una sola pregunta difícil, aunque había millas de "tela por donde cortar." Mitcell, justo antes de esa entrevista, dejó celosa y convenientemente guardadas en su buró (o quizás en el "hard drive" de su computadora) las dos virtudes que habrían hecho de esta entrevista una verdadera labor periodítica: La honradez y el civismo.



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