LAS FANTASIAS DE "RAFA" Y CARLOS ALBERTO

"El pueblo cubano conoce las fuerzas de su naturaleza y ansía deshelarlas."

José Martí

(Oración en carta al Director del New York Herald en mayo 2 de 1895, en la zona de Guantánamo, diecisiete días antes de morir en combate.)



Todos los hombres contamos con una variedad de mecanismos mentales y ellos cubren una gama que alcanza desde el más cínico y pragmático materialismo, hasta el idealismo más sublime, absurdo o utópico.

¿En cuál de esas categorías podríamos encasillar los sinuosos vericuetos intelectuales de Carlos Alberto Motaner y de su compañero conferencista, el profesor de historia Rafael ("Rafa") Rojas, cada vez que parecen arribar a las turbulentas aguas del "diálogo" con los presuntos herederos del poder político en Cuba durante un posible post-Fidelato castrista?

En la sesión final de la Doceava Conferencia Anual de la "Asociación para el Estudio de la Economía Cubana" celebrada en Miami el pasado 8 de agosto, tanto Montaner como Rojas se pronunciaron en favor de una aceptación tácita de las "leyes" castristas y sus mecanismos de control, como vía adecuada y eficiente a una "transición pacífica" en Cuba. En esto no hay nada nuevo. Es la misma cantinela de Oswaldo Payá y su "Proyecto Varela", que tanto entusiasmo trasnochado provocara en muchos sectores de Cuba libre y al que hoy muchos analistas de superficie acreditan con la reacción castrista y su "enmienda constitucional", haciendo "intocable" al estado totalitario.

Sin embargo, esta vez el talentoso escritor Montaner y el elocuente profesor Rojas parecen haber llegado mucho más lejos. Por la primera vez en nuestra memoria individuos que en el destierro reclaman autoridad para sugerir directrices en un futuro para la patria, se toman la libertad de aconsejar que ciertos elementos del sistema totalitario deben mantenerse "de jure." Al cruzar este Rubicón, tanto Montaner como Rojas se ponen (en todo sentido práctico) al servicio de la propaganda castrista y en oposición al más legítimo interés futuro de Cuba.

En sus declaraciones ambos intelectuales del destierro, de acuerdo a lo que hemos leído en el Nuevo Herald, reclaman el mantenimiento de las llamadas "conquistas", o "logros" de la revolución. No es necesario repetir que estos renglones, de acuerdo al más ortodoxo programa propagandístico castrista (idéntico al de la fenecida Unión Soviética), son esencialmente la "salud" y la "educación."

La salud y la educación de acuerdo a Montaner y Rojas "deben estar bajo el control de la sociedad…" La "sociedad" de que hablan es por supuesto el estado.

La "salud" en las manos del estado hace "maravillas." Ejemplo de ellas es el Hospital de Mazorra, cuyo director el Dr. Bernabé Ordaz fue recipiente del Premio de Administración del Pan American Health Organization el 25 de septiembre de 1997. Este "logro" que quizás satisfaga las aspiraciones de Carlos Alberto y "Rafa", fue alcanzado a pesar de que el año anterior (1996) el Dr. Ordaz rehusó permitir la visita a Mazorra del American Psychiatric Association.

Más de 370 casos de aplicaciones de "electroshock" en ese hospital como tortura a prisioneros políticos por órdenes de Bernabé Ordaz, han sido abundantemente documentados. Ellos incluyen aquellos aplicados por el antiguo enfermero de Mazorra Heriberto Mederos, que ha sido despojado de la ciudadanía norteamericana y convicto de perjurio y crímenes contra la humanidad por un jurado de Miami. Mederos espera la sentencia mientras escribimos este trabajo.

Larga espera por una cama hospitalaria, traer al hospital desde las sábanas hasta las aspirinas, sufrir infecciones por falta de antibióticos, o por que los que se toman están vencidos, sufrir escasez de suturas plásticas y de medicamentos al alcance de cualquiera en otros lugares de universo, son algunas deficiencias "menores" que sufre el pueblo en Cuba con el sistema de "salud" dirigido por "la sociedad." Esas deficiencias son atribuídas por los castristas y sus corifeos al "bloqueo."

Sin embargo, las medicinas, antibióticos y vacunas producidas en Castrolandia son exportadas profusamente y un par de formidables hospitales, que más bien parecen hoteles de lujo, brindan a los extranjeros que pagan en moneda dura (Dólares o Euros) las maravillas científicas del "turismo de salud." Castro exporta médicos al por mayor, y el más notorio de ellos es el Dr. Alvarez Cambra. El éxito más notable de este cirujano es el "overhaul" que le hizo a esa maravilla que se llama Sadam Hussein.

Para el renglón "educacional" castrista necesitaríamos llenar cuatro volúmenes y no creemos vale la pena. Ya hemos visitado ese tema en múltiples ocasiones.

Tanto Rojas como Montaner saben sobradamente que estos "logros" sólo lo son en el campo de la propaganda y la fantasía. ¿Qué ganan estos dos con esas declaraciones absurdas? ¿Por qué cubrirse de oprobio avanzando la sinrazón y la mentira? ¿Por qué autodesprestigiarse a sabiendas?


FIN


Hugo Byrne


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