HAVANA NIGHT...MARE?

Por Hugo J. Byrne

Muchas organizaciones del destierro y no pocos individuos en su seno protestaron enérgicamente el anuncio del espectáculo llamado "Havana Night", programado para el 31 de julio en el hotel-casino "Stardust" de Las vegas. La indignación de los exiliados estaba más que justificada. Esa producción de música, canto, coreografía y baile (como todo espectáculo artístico-comercial originado en Castrolandia), tenía el propósito fundamental de obtener dólares para ayudar a mantener al insaciable estado totalitario cubano.

"Havana Night" había sido ya una buena proveedora de moneda fuerte para la tiranía. Se trataba del espectáculo artístico mayor y más sofisticado salido de Cuba en los últimos cincuenta años, opacando esfuerzos más modestos como el del "Buena Vista Social Club". "Havana Night" contaba con trece músicos, ocho cantantes y treinta y dos bailarines y había recorrido dieciseis países, entreteniendo a más de dos millones de expectadores por el mundo.

Su promotora original, una alemana llamada Nicole Durr, en sociedad con la compañía de espectáculos ShowMaxX, creó "Havana Night" en 1999, por supuesto, en colaboración directa con Castro y su régimen. El contrato con "Stardust", promovido a través de la empresa Viashow cubría las primeras dos semanas y podía extenderse por tiempo considerable. Las probalidades de esto último eran abundantes, si se tiene en cuenta que "Havana Night" tenía casi vendidas esas dos primeras semanas a $49.95 la luneta.

De pronto, el drama inesperado y curioso: "Havana Night" recibe el permiso de la Secretaría de Estado a través de la "Sección de Intereses Norteamericanos en Cuba", para su viaje a Estados Unidos y su "show" en el "Stardust". Esa decisión, por supuesto, indigna al exilio. Incongruentemente es el régimen castrista quien les niega "la tarjeta blanca", el imprescindible permiso de Fifo para viajar a los Estados Unidos.

El pandemonio de "Havana Night" ni empieza ni termina con esa acción inusitada. Parece que por razones que todavía no conocemos en detalle, los miembros del nutrido elenco de "Havana…" solicitaron su entrada a Norteamérica como entidad independiente del estado cubano. Aparentemente, aunque esta actitud lógicamente habría servido mucho mejor los intereses propagandísticos del régimen, desobedecía instrucciones específicas de Fifo.

Frau Durr viajó prontamente a La Habana para tratar de "arreglar la batea". Hasta el momento de escribir este trabajo, lo único logrado por la empresaria teutona es que la expulsen de Cuba. Hoy lunes dos de agosto es el día que supuestamente debe abandonar el territorio cubano. Los instrumentos musicales de "Havana Night" han sido confiscados por el régimen y el local habanero usado por el grupo para los ensallos, clausurado indefinidamente.

Laura Peters, representante de Viashow no ha dado hasta hoy detalles del fiasco, pero un individuo llamado Ariel Machado, vocero del grupo artístico, aseguró que la moral del elenco anda por el suelo. No tenemos la menor idea de hasta donde han de llegar las consecuencias legales del incumplimiento de contrato a Viashow y al "Stardust", aunque estamos seguros que el importe de las lunetas será devuelto a los frustrados expectadores.

La pregunta que penetra como un taladro dental sin novocaína es, ¿qué pasó en La Habana con "Havana Night"? Sería irresponsable de nuestra parte (e injusto con los amables lectores), tratar de ilustrarlos arbitrariamente sobre un acontecimento que en la superficie carece de pies y de cabeza. Debemos enfatizar la frase "en la superficie", pues aunque tantas cosas que ocurren a diario en Castrolandia pueden clasificarse como absurdas e ilógicas, algunas tienen implicaciones específicas y razonables. Solamente tenemos que saber el código.

Existe una gama considerable de probables explicaciones. Para iniciar el debate, aceptemos que dentro de un sistema como el castrista y en medio de lo que luce como el comienzo de su agonía, casi cualquier cosa es posible. Aquello que carece de lógica para nuestra mentalidad de hombres libres, se convierte en algo completamente razonable en el ambiente kafkiano que impone el estado totalitario. Es como la práctica de agregarse automáticamente a cualquier "cola", sin saber qué es lo que se está vendiendo.

El llamado "Ministro de Cultura", Abel Prieto en declaraciones posteriores a una reunión con sus amos manifestó que la gira norteamericana de "Havana Night" "no es conveniente a los intereses de Cuba en estos momentos" ¿Qué quiere decir esto?, o más bien, ¿cómo debe interpretarse esa afirmación? Sin necesidad de recordar que cuando Prieto dice "Cuba", en realidad se refiere al régimen de Fifo, ¿de qué manera podrían ser perjudiciales a Castro las ganancias de "Havana Night" en "Stardust" o la propaganda que tal actuación implicaría, en términos de "prestigio" para su régimen o de otros posibles contratos en Estados Unidos? ¿Es necesario para el régimen confiscar los intrumentos musicales y clausurar el local de los ensallos para impedir la gira de "Havana Night"? ¿Es que temían acaso que viajaran en balsa?

En este lío hay gato encerrado y ese felino saldrá del saco en el futuro próximo. Una explicación plausible es que la DGI determinó la certeza o fuerte probabilidad de una defección en masa. Sabemos que los chivatos de ese organismo de control que antaño fuera uno de los mejores del mundo y que todavía actúa con relativa eficiencia, contaminan todo grupo que parte oficialmente de Castrolandia en misión deportiva o artística. La actuación de los espías es hoy más necesitada que nunca antes. Las defecciones en el pasado reciente han sido notables y embarazosas.

La pieza que no se acopla en el rompecabezas es la aparente actitud de desafío colectivo que implica la forma en que es hecha la solicitud a la "Sección de Intereses de Estados Unidos" en Cuba. ¿Ha empezado una real pérdida de miedo a la fábrica del terror?


FIN



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