LA "LIMPIEZA" DE CORREA Y OTRAS REFLEXIONES

Por Hugo J. Byrne


"Todo se puede fingir, menos la estimación de sí propio"

José Martí (1884)


Hace muchísimo tiempo que la regresión intelectual y moral en la llamada América Hispana se manifiesta de mil inconfundibles modos, pero nunca lo ha hecho recientemente de manera tan grotesca como en la ceremonia religiosa indígena que protagonizara el nuevo presidente del Ecuador justo antes de tomar posesión de su cargo. Correa fue "limpiado" o despojado de las malas influencias espirituales que pudieran obstaculizar el éxito de su gestión como gobernante. Se trata de una alegoría perfecta a la superproductiva fábrica de imbéciles hispanoamericana.

El evento fue publicado ampliamente. Dos sacerdotes indígenas propia y ceremoniosamente emplumados, abanicaban el aire a su alrededor con sendas ramas de alguna planta de esas que se supone poseen virtudes poderosas contra los maleficios, mientras danzaban ridículas piruetas al compás de un "jig" nativo. Sin embargo, Correa, de quien apuesto diez a uno a los amables lectores que no cree ni en la paz de los sepulcros, salió de esa ceremonia aún más correoso que antes. En algunos casos la desvergüenza no conoce límites.

A no dudar estas líneas mías lastimarán nuevamente la sensibilidad de algunos. No me pesa. Por el contrario, aunque el propósito de esta columna es contribuir modestamente al avance de la libertad de los cubanos, si puedo hacerlo y en el proceso también incurrir en el disgusto de los "políticamente correctos", tanto mejor. Tengo buenos amigos ecuatorianos que comparten la repugnancia mía ante el proceder del desvergonzado Correa. Los exiliados de Cuba apreciamos a Ecuador y respetamos sus instituciones. Nunca olvidamos que fue el General Eloy Alfaro quien al asumir la presidencia en 1897 fuera el único jefe de estado de Hispanoamérica que apoyara entonces la lucha por nuestra independencia.

Los "clientes" del gorilócrata venezolano Chávez, quienes ya forman un núcleo considerable (y patético), tienen un evidente denominador común: esperan beneficiarse de los petrodólares, tal como lo ha hecho"Fifo". En la opinión de este servidor, están apostando a un caballo que ni siquiera llegará a la meta. Y no me refiero al penco moribundo, pues ese es todavía capaz de usar su imaginación para la maldad, aunque ya cada vez más limitadamente.

Tampoco me refiero a la incapacidad de estos idiotas para corresponder a Chávez, quien aunque no muy brillante en apariencias, hasta hoy ha sabido maniobrar con éxito, por lo menos en el ámbito venezolano. No lo creo capaz de dilapidar su temporal tesoro sin recibir compensación. Castrolandia "compensa" a mi limitado tocayo con médicos de tercera categoría, pero con asesoramiento totalitaro de primera. ¿Con qué podrían pagarles Evito, Correíta y Orteguita, aparte de sumisión y obediencia? La simple fidelidad no va a ser suficiente en este caso.

El gran nubarrón ominoso que surge en el horizonte de los aprendices de tiranos en espera del codiciado subsidio chavista, tiene características menos dramáticas y más próximas: se llama la caída del petróleo en el futuro inmediato. El precio del crudo, que hace poco tiempo superaba $73 el barril, ya se aproxima a menos de $50. Todo indica que a la larga ese precio bajará considerablemente más, tendencia pronosticada por esta columna hace meses.

Recientemente el hijo de un amigo compró un automóvil "híbrido", por menos de $30,000. Lo más interesante de ese Honda de fabricación doméstica y tamaño mediano (suficiente para transportar cómodamente una familia de cuatro personas con equipaje) es que puede recorrer más de 600 millas sólo con el combustible de un tanque lleno. La gasolina se usa solamente en carretera abierta y su motor eléctrico que alcanza velocidades de hasta 50 millas por hora, es suficiente para el transporte urbano, con proverbial eficiencia. De más está anunciar que la economía de dicho auto tiene muy contento a su propietario. Las proyecciones del mercado para el 2015 es que los híbridos representarán más del 70% de todos los automóbiles y camiones circulando en carreteras norteamericanas. Se trata de menos de una década en el futuro. Usos de otros combustibles de obtención doméstica también están en el tapete y el resurgimiento de la desdeñada industria nuclear, que treinta años de demagogia seudoambientalista paralizara, substituirá al petróleo en infinidad de usos.

Para los europeos y asiáticos, quienes tradicionalmente pagan en combustible el triple que aquí, la necesidad de utilizar menos petróleo y experimentar otras fuentes energéticas es en consecuencia más aguda que en Estados Unidos. La demanda petrolera de China, en la que tantas esperanzas cifraran Chávez y compañía, naturalmente se verá muy reducida por la revolución energética que está a la vuelta de la esquina. Nadie compra por cuatro dólares, lo mismo que pueda adquirir por uno y esa diferencia es tentadora para la mentalidad frugal de los asiáticos.

Mientras más fanáticamente antinorteamericanos se manifiesten los productores de petróleo (como Chávez y Ahmadinejad), en esa misma medida han de crecer los valores de las alternativas al crudo. Las amenazas terroristas sólo hacen ese objetivo racional, más real, atractivo e inmediato. Y eso amables lectores, lo reconocen tanto demócratas como republicanos, no importa cuan brutos sean (y algunos tienen el record). Dejen que Chávez arruine a Venezuela y a sus clientes empeñando hasta los calzoncillos de "Fifo". Dejen que griten sandeces y maten a la gallina de los huevos de oro. En el pecado llevarán la penitencia. Como bien dijera el inmortal alemán Karl Friedrich Gauss, uno de los grandes matemáticos de todos los tiempos, "son los números quienes gobiernan el mundo, no las teorías".



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