LOS OJOS ZARCOS DE MARTI –II-

por José Ramón Prieto (Mayo 19, 2006)


¿No merece Marti que el mundo vea su rostro verdadero?... Habiéndose publicado “Los ojos zarcos de José Martí” en amigospaís-guaracabuya.org y en “La pagina de Martí”, seguí buscando datos, hasta quedar perplejo:

Tomamos de “La Pagina de José Martí”: “sobre el color de los ojos de Martí siempre ha existido mucha confusión, creyéndose generalmente que fueron negros. Esto es simple de entender para todo el que tenga cierta experiencia con cámaras: Martí, humilde –¿maduro ya en su misión histórica? Y, sencillo como sus versos sencillos- inclina leve la cabeza hacia delante cuando se presta a ser retratado, resultando que sus cuencas profundas y sus cejas pobladas, arrojan una sombra sobre sus iris que aparecen negros al lente. La reseña continúa: Eran pardos, “glaucos”, según el pintor Federico Edelmann, color que tiene los tonos cambiantes de las olas, desde el oscuro hasta lo claro, en una sensación variable de pardo a verdemar. Y eran almendrados, algo achinados o árabes, mas bien melancólicos y dulces, pero relampagueantes o coléricos cuando acusaba... a la España colonial de sus desmanes en Cuba...

Citemos de nuevo a Mañach:”Los ojos almendrados... así le vio Norman, el pintor noruego el día que le llevaron a conocer a Martí, y así quiso hacer un retrato de él, para prolongar el deleite de su charla sabia sobre pintura”.

En suma, tres pintores, contando a Cantillo el Mambí -los tres, por fuerza, expertos en colores- ven los ojos de Martí distintos; y solo coinciden Edelmann y Norman en la forma: “almendrados”...

Agustín Blázquez, abip.USA@verizon.net, realizador del documental “Las ratas debajo”, al leer el escrito anterior: “Los ojos “zarcos” de José Martí” recordó en un e-mail haber visto de niño en su colegio (Limonar, Cuba) una lámina de Martí con ojos claros (gracias, amigo Blázquez). Lo que me recordó otra foto que ví en webmaster@José-Martí.org, donde Martí aparece con Maria Mantilla, aun una niña, y la leyenda dice: con María Mantilla en 1890... En esa foto veo hoy un padre que orgulloso alza la cabeza, y al hacerlo, nos muestra sus ojos claros…

“Ojos claros… en las piernas señales de haber llevado grillos…”

Menciona el minucioso CERTIFICADO del Dr. Pablo A. de Valencia, quien por orden del general Salcedo, comandante general de Santiago de Cuba, se persona en el poblado de Remanganagua, cercano a Dos Ríos, para exhumar e identificar el cadáver de José Martí y trasladarlo a la ciudad de Santiago de Cuba; dato que me facilita mi amigo Luís Crespo, del libro: Martí en los campos de Cuba, del teniente Rafael Lubián y Arias, M.M.

Quedan los colores; y por fortuna, hay muchos en mi familia con ojos claros y creo poder aclarar la aparente contradicción que me tenía perplejo... Volvamos a las palabras: variable y cambiantes de Edelmann. Los ojos claros -tal vez mas correcto: azulosos, verdosos, azul-verdosos, dejan millones de espacios minúsculos neutros en el fondo del iris que actúan como el azogue en los espejos, de modo que un observador ve mezclados en esos ojos claros el pigmento natural del iris del sujeto y el reflejo del entorno –cielo, mar, selva, vestido... Cualquier cambio de la relación sujeto-observador puede variar el color. Y, siendo los ojos espejos del alma, sin duda un intenso estado anímico de un ser de la sensibilidad de Martí, puede provocar la vibración de unos 120 millones de bastones neutros (blanco, negro o gris) y unos 7 millones de conos de color (rojo, verde o azul) en cada ojo; ambos se han de ver entonces, relampagueantes o coléricos.

¿Habrá algún lector capaz de iluminar -con tecnología digital y su computadora- los ojos de Martí y revelar sus ojos zarcos? El cine lleva tiempo copiando en colores películas antiguas filmadas en blanco y negro.

Aún mejor, que algún mambí o alguna mambisa de hoy, se inspire y pinte a Martí con sus ojos zarcos. Después seguirán pintores e ilustradores y se hará costumbre -lo justo- pintar a Martí con sus ojos zarcos, como el azul celeste de las bandas de la bandera por la que ha de morir.


“El arte es el modo más corto de llegar al triunfo de la verdad, y de ponerlo a la vez, que perdure y centellee en las mentes y en los corazones”... “La verdad llega más pronto a donde va, cuando se la dice bellamente”… José Martí.


VictoryinCuba@bellsouth.net. (Agradeciendo comentarios y divulgación).

Éste y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

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