LA OFENSIVA DEL CRIMEN


Ha comenzado una nueva ofensiva revolucionaria: la ofensiva del crimen. Cuando los comunistas se disponen a beber un poco más de sangre usan como hacen siempre, un eufemismo: Esta es la ofensiva revolucionaria. Todos recordamos aquella titulada del mismo modo: La primera. Así le llaman a derramar sangre. Al terror.

El comunismo es como los vampiros: se alimenta de la sangre. Asesinaron a 100 millones de personas. ­Qué cobardes' ­Qué asesinos' Ahora, en nuestra patria, el Máximo Fusilero acaba de anunciar a la Asamblea Nacional, la Asamblea de los Genuflexos y Genízaros, que hay que fusilar a mansalva. Y para destruir la oposición de los Periodistas Independientes les anuncia treinta años de cárcel por sólo menearse. Ni un escrito más. Ni una llamada más al exterior. O al interior. Como me dijo un cubano: "tienen que estarse más quietos que estate quieto. Y si no, en vez de treinta años, los fusilan. Y le llevan el "video" al Máximo Líder.

­Qué clase de bofetada le ha dado el Máximo Líder al Papa' Esto sí es hacerlo papilla. ­Qué ofensa a los cardenales reunidos en La Habana' Una cosa monstruosa: reunirse en La Habana. Y la acción de Castro. ¿Verdad que los que le aconsejábamos prudencia al Papa y "cero cogidita de manos" sabíamos donde estábamos parados. Miren como le ha respondido Castro. En vez de abrir Cuba al mundo lo que abrió fue el paredón y el terror.

Qué me dicen ahora los "titulados estadistas del Diálogo y la Plataforma siempre tan inclinados a pactar con la sangre y el crimen. Castro los abofeteó de mala manera. Les grita en su lenguaje patibulario: "Vaya muchachos, para que lleven".

¿Qué dicen ahora Los Pastores de la Paz Comunista? ¿El paredón lo propicia el embargo o es la mala entraña de un hombre sediento de sangre que ve como todo se está desintegrando a sus pies --una realidad lo que digo-- dentro de Cuba y acude al único método que conoce, que conoció, que conocerá; el terror? Me acuerdo aquello que una vez espetó a los cubanos: "si me hacen sólo una mueca dejo el gobierno". Y lo que ha dejado es una estela de destrucción y de sangre.

­Qué razón ha tenido siempre el Exilio Histórico' El que señaló a esos que por ir a ver a un presidente, mandados por los liberales para hablarle de que apoyara el Diálogo, se prestaron a esclavizar más al pueblo cubano. Sabían que Castro no cambiaba. Esos que nos llamaron "El Exilio Histérico". No olvides nunca cubano a los que mancillan la patria.

El Exilio Histórico siempre ha estado claro. Siempre ha reiterado de que no se puede pactar con la sangre y el crimen. De que no cabe reconciliación con la sangre y el crimen. Que todo el sistema comunista es una "organización criminal", y que desde Castro hasta el último de sus compinches es un criminal de guerra. Esto de criminal de guerra lo elaboré en la conferencia que di sobre el Derecho Penal en la Cuba Post-comunista; en la convocada y organizada por el Colegio Nacional de Abogados.

El Exilio Histórico ha sido un repetidor constante de una verdad: que hay que desmontar en Cuba todo el engranaje comunista. Que hay que borrarlo como al marabú. Que no puede quedar ni semilla del mismo.

El Exilio Histórico sigue la Intransigencia heroica, la que viene desde la formación de nuestra nacionalidad. jamás los hombres que hicieron la nacionalidad, los hombres que nos hicieron libres, pactaron con el ejército español; jamás pactaron con España.

A ésta no le cayó el castigo que merecía por el crimen moral y material que llevó a cabo en Cuba, para mantener la Isla unida a la soberanía española porque Estados Unidos se puso en contubernio con ella, y España nos entregó en el Tratado de París; los bienes materiales de la colonia quedaron intactos --de lo que se quejaba Portell Vilá en su historia-- así como los crímenes de los "voluntarios" y "militares". Los crímenes cometidos y la corrupción que acompañaba las confiscaciones de los bienes de los mambises.

Todos los que buscaron el acercamiento con Castro saben muy bien de que el comunismo no cede jamás. Que hay que extirparlo sin anestesia. Saben que la sangre, el terror y el crimen son las armas en que se asienta todo régimen marxista.

Saben que en la Rusia de Stalin el terror se administró a torrentes para destruir todo enemigo del régimen soviético y después, en forma "calibrada", para mantener a la población sometida. Calibrado en tal forma que se detenía en la calle hasta "fieles miembros del Partido" y se les mataba de un tiro en la nuca. De esa manera la gente se daba cuenta que la vida de todos estaba al arbitrio del Partido. El asesinato de gente del partido se ha comprobado en las recientemente encontradas tumbas colectivas. Los ejecutores ni se molestaron en quitarles el carnet del Partido de los bolsillos.

El acto de Castro, su nueva ofensiva de sangre, terror y crimen, se encuadra en la técnica del Partido. Era previsible. Pero a pesar de todo, y sabiendo que se le da al régimen un aire de respetabilidad los obispos católicos norteamericanos están allí; el Rey de España se apresta a visitar a Castro dos veces, y los presidentes latinoamericanos ya sueñan con ir a su reunión en La Habana... a ver el Tropicana.


FIN

Jose Sanchez-Boudy

Diario Las Americas
Edición del 24 de Febrero, 1999

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