Cuba. El Discurso del Presidente

Por José Sánchez-Boudy

No puede el Exilio Histórico, no puede nadie, dejar de analizar, el discurso inaugural del Presidente en su toma de posesión ni lo dicho ampliándolo. Para los académicos es un discurso medular. Es una de las piezas que quedarán en la historia de los Estados Unidos como vitales. Con el mismo rango que el documento firmado por los Peregrinos del Mayflower. El discurso empata con esa fe que el presidente de esta nación se ha referido siempre a dos palabras: Democracia y Libertad según yo he visto en sus comparecencias.

El discurso deja bien sentado que el hombre es el centro del universo en que mora: el planeta Tierra. Que es el centro de todas las cosas. Deja establecido que la seguridad de los Estados Unidos depende del reino de la libertad en el mundo y que las dictaduras tienen que desaparecer. La libertad es también vital para los Estados Unidos.

Porque el presidente entiende muy bien que hay un plan para destruir a los Estados Unidos. El terrorismo no crece en la libertad sino a la sombra de todo tipo de dictadura, ya sea religiosa o de otro tipo. Si en el Mediano Oriente hubiese libertad no existiría, el terrorismo. Los Estados Unidos, indica el presidente, tienen la tarea histórica de eliminar todas las dictaduras para que florezca la libertad.

El discurso abandona el Diálogo. Con las dictaduras, con el terrorismo no se puede dialogar. Se va a la guerra: Irak, Irán y Siria si fuese necesario. El único lenguaje que entiende el mal es el de la fuerza. Por eso, en las altas esferas de este país suenan los tambores de guerra.

Rechaza el Diálogo. Por eso, desde el principio de esta crisis las Naciones Unidas quedaron sin autoridad y el Presidente no la consultó como organismo de la época de Carter; la política de la Contención o sea, contener al comunismo. El terrorismo sólo entiende de guerra a muerte. Hay que erradicarlo. Por eso se está en Irak: para erradicar al terrorismo y para liberar a un pueblo que hoy desafíó a la muerte y salió a votar en el mundo entero y en las calles donde impera el terror y el crimen. El triunfo de las elecciones en Irak es un triunfo de la democracia. De la libertad. De la humanidad. De la fe de un hombre que desafiando a los agoreros de las desgracias sabe que con la levadura de la libertad se hizo este pueblo y luchó el nuestro un siglo por ella.

El discurso refleja el pensamiento norteamericano. Habla del hombre propietario de su trabajo y de sí mismo. Lo pone por encima del estado y sobre todo trae la doctrina expuesta por Federico Turner de comparar la frontera que cruzaron los pioneros en marcha hacia el oeste con el reto. Así identificó la frontera con éste. Por eso el presidente habla que al terrorismo hay que ir a buscarlo donde está. La nueva frontera se halla en Irak. Y se ha cruzado.

El discurso del presidente es la ruta que seguirán los Estados Unidos en el futuro. Es triste ver al ex candidato presidencial, al derrotado, en ver a un hombre manchado por la historia como Ted Kennedy, llenos de cólera aguantada porque prefieren contemplar a Irak esclavizada que el triunfo del Partido del que son opositores. Se ha acabado el Bipartidismo porque la Contracultura, de los años sesenta, abroquelada en publicaciones llamadas superliberales o de izquierda, en Hollywood, en miles de sitios, hizo del patriotismo como se vio en Vietnam, una palabra que no se usa. Un sentimiento que no existe.

El amigo Manolo Prieres me señalaba cuando estudiábamos los acontecimientos, que se ha dejado al ejército opinar en esta guerra contra el terrorismo. El liberalismo que desarmó al ejército, el que destrozó la memoria de Patton, que hizo del ejército sinónimo de Imperialismo no pudo, esta vez, dar el triunfo a los enemigos de Estados Unidos.

Cuba es un país terrorista. Cuba e Irán están unidos en el ataque a los Estados Unidos. Cuba es quien se mueve como líder en encerrar a los Estados Unidos dentro del círculo que va del Mediano Oriente a América del Sur. Es la que mueve el continente en contra de los Estados Unidos. Con la agitación india-campesina de América Latina va a formar muchos, muchos Vietnam, que es la tesis elaborada por el Che Guevara. Cuba es el centro ideológico de toda la subversión mundial. Y hay que buscar las medidas que el discurso del Presidente implica para que Cuba sea devuelta a la libertad. Hoy ese es el camino. Hay que dejar a un lado el egoísmo; hay que dejar el protagonismo. Cuba es un país terrorista y debemos los cubanos lograr que internacionalmente se actúe en consecuencia. Ni un egoísmo más disfrazado puede separarnos de la meta de liberar a Cuba dentro de lo que pregona en su discurso inaugural el Presidente de los Estados Unidos.

No dispersemos nuestras fuerzas en tareas inútiles. El discurso del Presidente nos está señalando el camino. Ya hoy, hasta sus detractores aplauden su visión y sus ideas. Es el triunfador. Será el triunfador. Da gusto, por otro lado, ver esas filas de mujeres ejerciendo el derecho al voto que es el derecho a una vida digna, sin comer las sobras de los hombres en las cenas, como sucede. La libertad se puede encerrar atada en una tumba. Saldrá de ella. Rescatemos la Cuba Eterna.


FIN



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