La maniobra del comunismo en América Hispana

por José Sánchez-Boudy


A algunos aturde la ejecución de la maniobra que está ejecutando en América el Comunismo Internacional. En realidad son dos maniobras combinadas. La una es la toma del poder por medios legales. Este es el caso de Venezuela, Bolivia, Uruguay, Brasil, Argentina y Nicaragua y la otra es lanzar sobre los gobiernos democráticos a las masas indias o empobrecidas de América Hispana. Y, esto es superimportante: mantenerse callados, los conspiradores sin violencia ostensible hasta que llegue la hora de quitarse la careta. Y no es un invento mío ni un análisis mío. Esto lo dijo Kruschev en el 20 Congreso del Partido Comunista donde acusó a Stalin de todos los crímenes. Aunque él, Kruschev, fue el carnicero de Ucrania, si la memoria no me juega una mala pasada. En este Congreso se cambió de métodos. Hasta entonces la violencia a todo trapo era la consigna. Acabar y rápidamente, con la violencia, a las clases democráticas del país. Fue el método que se utilizó en Cuba porque el fracaso de Arbenz en Guatemala les indicó a los comunistas, al comunismo internacional, que es el que dirigía, como ha sido en Cuba, quien lo ha hecho después con Fidel como títere, por supuesto, de Rusia: actuar a todo trapo con el terror y el crimen.

Para que vean cómo trabajaba Rusia y el Comunismo Internacional que ella dirigía ya en 1961, una revista chilena, publicada en Santiago de Chile, traía un artículo bien claro: "Venezuela, objetivo codiciado del comunismo internacional". Y describía, en aquella lejana época, las actividades comunistas y los viajes de los venezolanos a China y Rusia para ser adoctrinados. Los cuadros comunistas estaban formados cuando llegó Chávez. Y el método cambió: poco a poco y llegar siguiendo la legalidad democrática.

Pero en el caso de Nicaragua lo que ha conducido a un comunista al poder, a Daniel Ortiga, ha sido que el Partido y sus cuadros han sobrevivido siempre. Ni Alemán, ni Bolaños han podido gobernar. Y la culpa la tiene las torpezas del Mundo Occidental y de los llamados estadistas de América Hispana. Y el Liberalismo (rojismo) del patio americano.

Un poco de historia: Los contras que debieron ser llamados Héroes de la Libertad estaban en disposición de llegar a Managua cuando el Congreso de los Estados Unidos lo frustró cortando las facultades del presidente Reagan en forma tal que se les impidió el triunfo. Vino entonces la técnica del presidente para conseguir armas y por poco lo destituyen. Gracias a la pericia de Abel North durante el interrogatorio cameral no se logró el objetivo.

Arribó el Diálogo que siempre es un truco comunista para adueñarse del poder. Cayó del cielo la célebre "Contadora". El Comunismo quedó en el poder. Y siguió. Porque no se hizo nada, cuando se dijo que se había logrado la democracia con un nuevo gobierno, por castigar sus crímenes: por devolver las propiedades. A Ortega y los suyos ni los tocaron. La piñata impune.

Ortega y los comunistas quedaron dueños de todo; acogidos a negociaciones como las de los Proyectos que todos conocemos y que dejan en el poder a los jueces comunistas; en fin que preservan el engranaje rojo. Los de Cuba.

Y después vino lo insólito. En Venezuela, el ejército que se suponía que era un defensor de la democracia, ahora, dicho por Chávez, es revolucionario y en Nicaragua un partido supuestamente democrático pacta con Ortega el comunista, y se hace, por los legisladores y por jueces sandinistas, los arreglos para que el Comunismo pueda seguir en el poder; pero ahora a cara descubierta. Nada han podido hacer los demócratas, como el presidente Bolaños, un hombre de inmenso prestigio pero que apenas pudo actuar porque el engranaje rojo había sido dejado legalmente. ¡Ah, el Diálogo y los Proyectos! De los que son, a lo mejor sin saberlo, compañeros de viaje de los rojos. Nicaragua es un dardo que el mundo libre tiene clavado en lo más hondo. Ese pueblo enorme que peleó como un león contra el comunismo, tiene sobe él la sombra de la sangre y el crimen: las divisas rojas unidas al terror.

Ortega, por supuesto, será cauto, como lo es Chávez. Nada de precipitaciones. Pero es hueso rojo. Y responde a los dictados del comunismo internacional. Pero seguirá los pasos que sean necesarios dar para comunizar a Nicaragua. Si tiene que correr en la comunización corre. Si tiene que ir con pie de plomo, irá con pie de plomo. Como Chávez que va paso a paso pero con una meta; ser como Cuba.

Y es que la ofensiva Castro-Chavista camina en terreno fangoso ahora y no puede avanzar a pasos agigantados como creían, pese a las blandenguerías y debilidades estadounidenses parapetados en la teoría que vimos en las declaraciones de Condolezza Rice de que esto de la alianza comunista islámica es una ola histórica que terminará por extinguirse en la costa, les han hecho pensar de que Estados Unidos es un tigre de papel. Y lo parece desde fuera. Pero cuando uno camina los estados de Nevada; Ohio: Minnessota... etc., cuando uno avanza por estados que casi nunca se mientan en la prensa se encuentra como un pueblo patriótico y viril: antiliberal --rojillos disfrazados los liberales, compañeros de viaje que creen que la ola roja o izquierdista extrema triunfará--; un pueblo que ama profundamente a la nación americana y sus tradiciones, anclado en la religión, para bien de la libertad, que cree estamos en la tierra de Dios. ¡Hay que verlo salir de los oficios religiosos!

Por otro lado esto empantana a Ortega y no lo deja lanzarse a fondo: Lo mismo que Lula que es de huesos rojos y lo verán en un artículo que ya preparé, en sus propias palabras, tiene un sentido del Brasil como Imperio, y mientras le hace el juego a Chávez y lo ayuda, siempre es con miras, a ser él, Lula, el emperador. Cualquier analista brasileño, que son "fenómenos", porque el Brasil tiene una música, una arquitectura, una literatura, un teatro que es fuera de serie, lo puede corraborar: Lula da, frena y espera. A su hora Ortega comunizará. Lula se quitará la careta.



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