THE CUBAN CENTER - EL CENTRO CUBANO

Cuban Center for Cultural Social & Strategic Studies, Inc
Presenta:



INFRAESTRUCTURA, ALTA TECNOLOGÍA Y ENERGÉTICOS.
Por Manuel Cereijo

En este capítulo se analizan las perspectivas técnicas y económicas actuales, con especial referencia a las materias del título. Cuba confronta una seria crisis económico social, que podemos resumir en las siguientes áreas: divisas, petróleo, zafra, inversiones, energía eléctrica, telecomunicaciones, transporte, salubridad, desarrollo industrial y comercio. Desde luego, el principal problema, el que genera prácticamente todos los otros, es el sistema en sí. No es posible una recuperación económica bajo un sistema totalitario marxista y una economía planificada, dirigida, y controlada por el gobierno. Ninguno de los problemas que confronta Cuba en estos momentos son inherente a una economía capitalista o a un sistema político democrático.


DIVISAS

En 1989, Cuba tuvo una entrada de divisas, producto de todos los renglones económicos del país, de $9,000 millones. En 1997, esto se redujo a $1,100 millones. Para poder mantener un nivel económico mínimo, con importaciones e inversiones semi adecuadas, Cuba necesita una entrada mínima de divisas de $3,000 millones.

A los $1,100 millones, resultante de exportaciones de productos y servicios, hay que añadirle alrededor de $900 millones en remesas enviadas por exiliados cubanos. Estas remesas, hasta ahora, sólo han servido para financiar pequeñas empresas privadas de servicio, como los llamados paladares, las cuales confrontan cada día más impuestos y obstáculos, y para hacer compras individuales domésticas utilizando el dólar como moneda.

Como se indica en el capítulo IV, Cuba tiene una deuda externa en extremo elevada y que representa un obstáculo serio en sus relaciones comerciales y bancarias, especialmente con el Club de París. Esta deuda se reparte entre el Club de París, con una deuda de unos $10,000 millones; bancos europeos, $3,000 millones; y $2,500 millones en deudas comerciales a distintas entidades. A estas cifras, hay que sumarle la deuda en rublos con Rusia, mucho más elevada pero difícil de calcular y que desde luego, Cuba nunca podrá pagar.

Aunque el gobierno cubano le asegura a los posibles inversionistas que el monto de estas deudas no debe ser obstáculo para sus inversiones en Cuba, porque las mismas se utilizarían en productos o servicios de exportación, esto no es toda la verdad, ya que se necesita importar para mantener estas inversiones, y estas importaciones requieren créditos de exportación.

Incluso si Cuba no tuviera deudas con los países suministradores, la falta de divisas del gobierno cubano es un obstáculo para el crédito que Cuba pudiese obtener. Es por ello que, en cuanto a las inversiones extranjeras en Cuba, el gobierno cubano sólo puede ofrecer tierra, edificios, o servicios, pero no ha podido ser partícipe efectivo o socio financiero en las inversiones.

Las telecomunicaciones, o sea, las llamadas de larga distancia entre cubanos en E.U. y en la Isla, y el turismo, son otras de las fuentes principales de divisas para Cuba, ya que las zafras seguirán siendo pobres. Aquí radica también, como un factor muy importante, la actitud de Canadá y la Unión Europea, con respecto a Cuba. Mientras, la percepción de un gran riesgo comercial y político permanezca igual, Cuba no podrá contar con créditos financieros o de importación en la forma y manera convenientes.

PETRÓLEO

El petróleo es, posiblemente, el factor más crítico en el marco de la crisis socio económica que afecta a Cuba. Porque al margen de sus bellezas naturales, de la riqueza de su suelo, de lo benigno y agradable de su clima, de la iniciativa y creatividad de sus habitantes, la Providencia no dotó a Cuba de sus propias fuentes de energía.

En el pasado, Cuba dependía de sus importaciones de petróleo; en la actualidad, Cuba depende de sus importaciones de petróleo, y en el futuro, Cuba dependerá de sus importaciones de petróleo. Este es, quizás, el talón de Aquiles de Castro, y él lo sabe. Si analizamos la posición de Castro en los últimos 40 años, vemos que su política externa se relaciona, o está influida siempre por el petróleo.

Castro, al principio de su gobierno, trató de subvertir y controlar a Venezuela. Después, intervino militarmente en Angola, también gran productor de petróleo. Siempre ha tratado de mantener relaciones amistosas con México, y así lo mismo ha hecho, incluso cuando la guerra del Golfo, con Irak, siendo el voto de Yemen, y el de Cuba los dos votos del Consejo de Seguridad a favor de Irak. A través de los últimos años, claro está, la Unión Soviética fue el principal suministrador de petróleo de Cuba. Esto ha cambiado desde que el bloque soviético se disolvió, por motivos fuera del control de Castro.

El petróleo soviético es 90% producido por Rusia. No sólo la producción de petróleo de Rusia ha disminuido en los últimos 5 años, sino que Rusia está necesitada de divisas, y no está en disposición de canjes o de subsidios como hacía antes. No creo que Castro, en la actualidad, pueda conseguir petróleo a base de canjes, dadas las relaciones comerciales actuales en el mundo. O sea, la crisis petrolera de Cuba es grande y grave. Tiene al país semi paralizado. Castro tiene que conseguir petróleo en el mercado mundial, y para ello necesita divisas, que no las tiene, y si las obtuviese, tendría que dejar de utilizarlas en otras actividades comerciales y mercantiles.

En 1989, Cuba consumió 15 millones de toneladas de petróleo, de las cuales unos 7 millones se utilizaron en la generación de corriente eléctrica. En 1997, el consumo de petróleo de Cuba fue de 5.5 millones de toneladas. El petróleo doméstico, que a finales de los 80, y principios de los 90, era una posibilidad prometedora, se ha mantenido en unas 1.2 millones de toneladas al año, sin esperanza alguna de que esto aumente significativamente. Además, la calidad del petróleo cubano, con un contenido de azufre de alrededor de un 9%, es muy pobre, muy costoso para refinar, y lo hace no apto para ciertas aplicaciones, como son las plantas termoeléctricas de generación de potencia eléctrica.

La búsqueda de petróleo en Cuba se remonta al siglo XIX. Un informe de 1950 del Banco Mundial concluyó que quizás Cuba tuviera posibilidades de explotación petrolífera. Desde 1990, Castro ha intensificado la exploración de petróleo cubano, teniendo diferentes contratos con firmas extranjeras. Las primeras fueron Total Oil y Compagnie Européene de Pétrole, ambas francesas. Después de éstas, han existido contratos de exploración con varias firmas internacionales. Cuba afirma que tiene una reserva de alrededor de 1.5 mil millones de barriles, especialmente en el área de Varadero. Sin embargo, desde 1993, más de 1,800 pozos han sido perforados, sin poder alcanzar éxito en estas operaciones En 1993, Cuba sostuvo su primera ronda para dar licencias a firmas petroleras de exploración. Esto atrajo a más de 70 firmas, del Canadá, Europa, y América Latina. Los riesgos políticos y los reclamos de pagos contra el gobierno cubano hicieron fracasar esta licitación.

En 1994 había seis firmas explorando petróleo en Cuba: Total, de Francia, Taurus, de Noruega, Canadá North West, Geopetrol, de Francia, Premier, de Inglaterra, y Oil for Development, de Inglaterra. Ninguna de estas exploraciones ha tenido éxito, y ya estas firmas han cesado sus esfuerzos al respecto. Hasta la fecha, han habido contratos y operaciones de exploración, todas infructuosas, por firmas como Mexpetrol, de México, Petrobras, del Brasil, la Meridian, del Canadá, y la británica, Premier Consolidated Oilfields. Así como la Ros-Cuba, un consorcio ruso-cubano, que ha intentado ciertas actividades de compra venta, mercadeo, etc, sin ningún éxito. Posiblemente, para principios de 1999, Petrobras comience de nuevo exploraciones petrolíferas en Cuba.

Cuba tiene cuatro refinerías de petróleo, en Cabaiguán, Cienfuegos, La Habana, y Santiago de Cuba, con una capacidad nominal de 11 millones de toneladas de crudo por año, aunque la capacidad real, debido a roturas y falta de piezas, es de unos siete millones de toneladas al año. Existen once terminales marítimas y 17 almacenes de petróleo. La terminal de Matanzas, construida para super tanqueros, tiene capacidad para barcos con un peso muerto de 150,000 toneladas. Existe un oleoducto de Matanzas a Cienfuegos, de 187 Kms. de largo, y diámetro de 530 milímetros. Este oleoducto está conectado a la refinería de Cienfuegos, la más moderna de Cuba.

En resumen, el petróleo es vital para el desarrollo socio económico de Cuba, y representa una verdadera crisis en estos momentos. En 1990, Cuba importó petróleo crudo y refinado por un valor de $1,950 millones. Esta suma se redujo a $835 millones en 1995 y $750 millones en 1997, o sea una reducción de un 60%. El país está afectado seriamente en todos los sectores económicos importantes debido a esta escasez.

TURISMO

Cuba ha avanzado en la industria turística desde 1991, pero no en la forma deseada e incluso proyectada por el gobierno. La isla tiene más de 2,000 millas de costas y playas, así como zonas montañosas, valles, y regiones magníficas para la pesca, la caza, y actividades al aire libre. En la actualidad, el grupo Sol Melia es el mayor inversionista, con una cadena de nueve hoteles, siendo el primero en ser construido el Sol Meliá de Varadero, en 1990, a un costo de $70 millones. Las principales zonas turísticas son La Habana, Varadero, Trinidad, Isla de Pinos, Cayo Cocos, y los tradicionales valles y centros turísticos de la década de los 50.

Específicamente, Pinar del Río es famoso por la belleza de su Valle de Viñales y sus montañas, y por sus baños termales. La Habana, es la capital, con apreciables valores arquitectónicos e históricos. Tiene como especiales atractivos el Paseo del Malecón y las playas de Santa María del Mar, además de museos, teatros, salas de conciertos y galerías. También mantiene, para el turista, una vida nocturna activa. Varadero es la playa más famosa de Cuba. Una arena finísima y aguas de varias tonalidades de azul, que se extienden por más de 25 Kms. ininterrumpidamente.

La Península de Zapata representa una zona protegida de fauna endémica y migratoria. Sus sitios turísticos más sobresalientes son la Laguna del Tesoro, las playas Larga y Girón, y Caleta Buena. Trinidad es una de las primeras villas fundadas por los españoles en el siglo XVI. Presenta hermosas montañas, y bellísimas playas. Cayo Largo es accesible desde Varadero y La Habana, y cuenta con 20 Kms. de playas notables por su calidad excepcional. También importantes son los cayos de la costa norte, incluyendo a Cayo Coco y Cayo Guillermo. Por último, Santiago de Cuba conserva grandes valores históricos y culturales.

La industria turística fue reestructurada en 1994, bajo la dirección de un Ministerio, aunque Habanatour, parte del grupo Cimex, sigue siendo un factor importante; las corporaciones Cubanacán y Gaviota mantienen asimismo sus funciones. La mayor parte de los hoteles son operados por contratos con firmas de servicios de administración.

Sin embargo, el número de turistas que visitó Cuba en 1997, fue de 1.2 millones. Cuba tiene que aumentar el número de turistas a un mínimo de 6 millones por año, pero no cuenta con los hoteles, facilidades, ni la infraestructura para este desarrollo. Como índice de comparación, el Estado de la Florida, similar en geografía y población a Cuba, recibe un promedio de 40 millones de turistas cada año. Las ganancias producto de este sector, le representan a Cuba aproximadamente un 8% de las entradas brutas, siendo el 10 % para las firmas extranjeras. El informe financiero del grupo Sol Meliá de 1997, señaló una entrada bruta de 14 millones de pesetas, con una ganancia de 1.2 millones de pesetas. La mayor proporción de turistas proviene de España, Italia, México y Canadá.

La industria turística de Cuba recibe un turista barato, con paquetes a costos muy bajos, y sin las facilidades para gastar fuera de los lugares de destino. La infraestructura para esta industria, desde comida a bebidas, transporte, etc., proviene del área dólar, lo que aumenta considerablemente el costo de la misma. Se estima que por cada dólar de entrada en esta industria, 0.75, o sea, el 75% se gasta en costos de infraestructura en área dólar. La entrada neta de divisas del gobierno de Cuba, proveniente de esta industria, se estima fue en 1997 de $300 millones. Hasta que Cuba sea un país libre, democrático, y pueda recibir el turismo de los Estados Unidos, esta industria no alcanzará niveles de gran importancia económica, comparado con regiones vecinas.


ENERGÍA ELÉCTRICA

Las principales formas de generar energía eléctrica en el mundo moderno son la hidráulica y la de vapor. Para generar energía eléctrica por medio de turbinas hidráulicas, un país necesita grandes caídas de agua. Las turbinas de vapor funcionan con los siguientes combustibles: carbón, gas, petróleo, y uranio. Otras formas de generar energía eléctrica incluyen los molinos de viento, plantas geotérmicas, células solares, e incluso movimientos de las mareas, pero ninguna de éstas puede proporcionar energía eléctrica en grandes cantidades.

En Cuba existe sólo una planta hidráulica, en el Hanabanilla, y el resto son turbinas de vapor que utilizan el petróleo o el gas como combustible. Existe también, sin terminar, la planta nuclear de Juraguá, en Cienfuegos, que obviamente usaría el uranio como combustible. El consumo de energía eléctrica de un país, y la disponibilidad de esta energía, son factores indicativos del desarrollo económico del país, y del nivel de vida de sus habitantes.

Cada planta generadora de electricidad cuenta con varias unidades de generación. En todo país civilizado, y con un desarrollo económico normal, estas unidades se subdividen en básicas, que son las que funcionan a plena capacidad todo el tiempo; intermitentes, cuya función principal es la de responder a demandas rápidas de energía, y las cuales se unen al sistema o se desconectan del mismo, de acuerdo con las necesidades inmediatas; y las unidades pico, o sea las que funcionan sólo durante las horas pico, y a intervalos de tiempo breve durante el día. Desde luego, en la Cuba de 1998, esta división no existe, debido a las pobres condiciones de las plantas, y a la carencia de controles computarizados para el sistema eléctrico.

Cuba tiene una capacidad instalada de 3,500 Megavatios. De estos, debido a factores que explicaremos en esta sección, hay una capacidad generadora real de 1,200 Megavatios. El 85% de estas plantas utilizan petróleo como combustible. La industria de energía eléctrica tiene unos 29,000 empleados, de los cuales 4,000 son técnicos y 850 son ingenieros. En 1989,la demanda de energía eléctrica en Cuba era de 2,500 Megavatios, que estaban distribuidos en la siguiente forma: el 60% correspondía al sector industrial; el 4% al sector agrícola; el 8% al sector comercial; y el 25% al sector doméstico. El resto a misceláneos. Esta demanda, debido a la paralización industrial, a la escasez de utensilios domésticos, y a la disminución en el sector agrícola, ha decaído a 950 Megavatios.

La composición de los equipos, componentes e instrumentos del sistema electroenergético de Cuba es variada, proviniendo de Estados Unidos (pre Castro), la antigua Unión Soviética, Eslovaquia, República Checa, Japón, Francia, e Italia. Las plantas generadoras principales se encuentran en: Mariel, con 300 Mw de capacidad; Tallapiedra, con 100 Mw.; Regla, con 150 Mw.; Santa Cruz del Norte, con 100 Mw.; Matanzas, o Antonio Guiteras, con 330 Mw.; Cienfuegos, o Carlos Manuel de Céspedes, con 400 Mw. ;Felton, con 250 Mw.; Nuevitas, con 100 Mw.; y Santiago de Cuba, o Renté, con 300 Mw.

Algunas unidades tienen más de 50 años de instaladas, aunque el promedio de instalación de las plantas es de 25 años, debido a las unidades más modernas de Matanzas, Cienfuegos, y Felton, principalmente. Las unidades de Matanzas y Cienfuegos, de tecnologías italiana y japonesa respectivamente, son las que mantienen tanto el ciclaje del sistema, como la estabilidad del mismo, cuando ocurren roturas o paros en otras unidades. La planta de Felton es de la República Checa, y aunque fue puesta a funcionar en 1995, su tecnología data de 1980.

Además de las plantas principales, existen plantas pequeñas, para un total de 46 unidades de operación, distribuidas en 20 lugares. El voltaje de transmisión es 110 Kilovoltios y 220 Kilovoltios. El país está conectado en una red de 220 Kv. Los conductores de transmisión son, en su mayor parte, ACSR 150mms. Toda la distribución es aérea, excepto algunos sistemas soterrados en La Habana que datan de antes de 1959.

El deterioro de las plantas y equipos del sistema ha sido causado por la falta de mantenimiento, la escasez de piezas de repuesto, la escasez de petróleo, y el uso de petróleo cubano, que contiene un porcentaje alto de azufre, y es por ello no apto para el uso en las calderas de generación. Cuando la gran crisis de la escasez de petróleo comenzó, a principios de 1992, el gobierno decidió, para ahorrar combustibles, implantar el régimen de los apagones. Esto es muy perjudicial para el sistema eléctrico, no sólo por la operación intermitente de equipos y componentes, tanto de transmisión y distribución, o de los usuarios, sino porque cada vez que se produce una interrupción del servicio eléctrico, o que se restablece, por breves segundos el sistema está expuesto a corrientes de hasta 300% por encima de lo normal, lo cual causa, a través del tiempo, roturas en el sistema electroenergético. Además, estos apagones producen un desequilibrio en el balance o estabilidad del sistema, alterando la frecuencia e incluso la rotación en las plantas generadoras.

El régimen de Castro al darse cuenta del daño causado por este método de interrupciones, tomó la decisión de utilizar petróleo doméstico para evitar las mismas. Pero el uso de petróleo cubano, dañó las calderas de muchas unidades, ya que el alto contenido de azufre, alrededor de un 9%, crea ácido sulfúrico, y corroe las mismas. Si a esto unimos la dificultad en la adquisición de piezas, ya sea por falta de divisas, o porque el desplome del bloque soviético presentó un problema logístico enorme, debido a la privatización en esos países de las industrias, o a que las mismas están localizadas en diferentes países nuevos, tenemos como resultado el deterioro enorme del sistema eléctrico de Cuba.

Cuba utilizaba, en la década de los 80, 40 millones de barriles de petróleo al año para el consumo, es decir, el uso en la producción de energía eléctrica, equivalente a 7 millones de toneladas de petróleo. En 1997, la importación total de petróleo por Cuba, para toda aplicación o consumo, fue de 5.4 millones de toneladas. El régimen de apagones se ha logrado controlar, con sus aumentos y disminuciones, de acuerdo con la demanda, pero controlado, por la gran caída en la demanda de electricidad, como mencionamos anteriormente, de 2,500 millones de Megavatios en 1989, a 950 millones en 1997. O sea, el sistema está operando a un 30% de su verdadera posibilidad de generación; la gran caída en la demanda mantiene al sistema funcionando, pero a un nivel muy por debajo de lo requerido por un país para sostener un crecimiento industrial.

Para que un país pueda sostener un desarrollo económico industrial adecuado, y sus habitantes puedan disfrutar de un nivel de vida próspero, tiene que haber disponibilidad de energía eléctrica, es decir un mínimo de 350 Vatios de generación instalada por habitante. Teniendo en cuenta la población actual de Cuba, esto representa una capacidad instalada de generación mínima de 3,900 Megavatios.

Además de disponibilidad, el sistema requiere eficiencia, tanto en la generación, como en la transmisión y distribución de la energía. El 65% de las unidades generadoras actuales pueden clasificarse como de eficiencia baja o mediana. Esto, entre otras cosas, implica un consumo mayor de combustible, y por lo tanto no es recomendable. Al mismo tiempo, hace mayor el costo de generación por unidad. Los sistemas de transmisión y distribución necesitan ser completamente modernizados y requieren normas de control e instrumentación computarizados para todo el sistema nacional.

Antes de Castro el sistema de energía eléctrica en Cuba estaba formado principalmente por: la Compañía Cubana de Electricidad, o CCE, que fue subsidiaria de la American and Foreign Power Company. Esta compañía le suministraba energía al 85% del país. En partes de Pinar del Río, así como en Trinidad, y otras poblaciones de Las Villas, estaba la Compañía Hernández y Hermanos. La Compañía Tabares, pequeña, le suministraba energía a la parte central y norte de Pinar del Río, y la Compañía Isla de Pinos Utility le suministraba energía a Isla de Pinos. Muchos centrales azucareros, y algunas empresas industriales grandes, suministraban energía no solo a sí mismas, sino a las poblaciones pequeñas alrededor de las mismas. Esta fragmentación territorial no es muy recomendable, ya que es una industria que requiere una infusión grande de capital.

El objetivo futuro en Cuba debe ser el de alcanzar una capacidad instalada de 350 Vatios por persona en cinco años, en forma eficiente y barata. Si consideramos los costos promedios de reconstrucción y/o construcción de plantas y unidades como de $900 por kilovatio, se calcula un capital de $1,500 millones por los primeros cinco años. A esto tenemos que añadirle un capital adicional de $650 millones en los primeros cinco años para la construcción y/o reconstrucción de las redes de transmisión y distribución, a fin de establecer un sistema nacional moderno de flujo energético.


Próxima Sección

Este y otros excelentes artículos del mismo autor MANUEL CEREIJO aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de: http://www.amigospais-guaracabuya.org



Éste y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

www.amigospais-guaracabuya.org