Arnaldo Ochoa y los gemelos De la Guardia
en Hablando de Dulces guerreros cubanos

por Marcelo Fernández-Zayas


Pasando cuentas, pudiera titularse también este libro escrito por Norberto Fuentes. No muy a menudo encontramos un libro escrito con destilado veneno contra Fidel Castro, su hermano Raúl, así como Carlos Aldana y otros. Especialmente por un hombre que fue una creación de los personajes antes citados. Es un libro que merece ser leído atentamente para darse cuenta de las intrigas que él encierra y auspicia. Y, hasta donde llegan los límites del oportunismo.

Este libro fue publicado en 1999 por Seix Barral en Barcelona, España. Su lectura y aprecio va en aumento con los conocimientos que tenga la persona que lo lee de la revolución cubana. Aquellos familiarizados con la vida y muerte del general Arnaldo Ochoa y sus acompañantes se deleitarán con su lectura. Dulce guerreros cubanos es un libro difícil de catalogar. Para algunos es histórico, otros lo considerarán literario y habrá muchos que lo verán como un intento pornográfico. Para mí el autor es sinónimo de servilismo y deslealtad.

Norberto Fuentes tiene la importancia de haber conocido a grandes personajes de la política cubana de mediados de siglo: Fidel y Raúl Castro, Gabriel García Márquez y Bill Clinton. Su prosa es amena y peculiar, no es conceptual aunque sí ilustrativo. Cultiva el género peliculero al narrar, cosa que creía que la revolución cubana había superado. Algunos encontrarán chocante su continuo uso de frases cortas en inglés. Es algo que me hace recordar a los jóvenes cubanos de clase media de la década del cincuenta, yancófilos, que imitaban malamente a sus vecinos estadounidenses, algo risible e incomprensible en la Cuba de fin de siglo. Fuentes es un nombre que carece de valor literario en las letras cubanas ya que su producción es pobre, superficial y siempre siguiendo las pautas indicadas por la nomenclatura política. Sin embargo, entretiene a lectores que gustan del género anecdótico. Por otro lado, hay que señalar que su dedicación y trabajo sobre Ernest Hemingway equivale a varios créditos (3) al nivel de una maestría.

Fuentes en su libro, escrito en un YO mayor irritante, da muestras que no es aconsejable tener amigos como él. Especialmente, amigos que sobreviven sin un rasguño, lo que otros pagaron con sus vidas o largas condenas de cárcel. Al mismo tiempo que es un ejemplo de la decadencia de las letras en Cuba. Vale señalar varias obsesiones prominentes en su prosa: el racismo, los relojes Rolex, el lesbianismo, los dólares, los lentes Ray-Ban y la deslealtad como bandera. Indudablemente, Fuentes representa un hombre que nunca sobrevivió la década del cincuenta aunque ahora, año 2000, vive en los Estados Unidos.


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