REALIDADES A ENFRENTAR

por Marcelo Fernández-Zayas


Enfrentarse a las realidades no es fácil, pero en política es una necesidad hacerlo. Es obligación de los que estudian este campo advertir de las grandes barreras que se encontrarán en el camino. Muchas veces se maldice y combate al portador de estas verdades por enunciarlas: se culpa al mensajero. Sin embargo, es un deber presentar las mismas para buscar remedios que tal vez aminoren o eviten que los conflictos tengan lugar. A continuación presentaré áreas de gran probabilidad de conflictos sociales en Cuba en un futuro próximo. Me abstengo de enunciar posibles soluciones para no viciar el análisis. Pero, advierto que casi cuatro décadas de experiencia en Washington me obligan a compartir estas inquietudes a tiempo y en forma abierta.


Conflictos Raciales

Basta ver fotografías de los que ostentan el poder en Cuba para darse cuenta que la isla está dominada, mayormente, por una élite racial blanca que no es representativa de su población. Cuba en el año 2000 se encuentra pobre, aislada y es motivo de controversia su futuro. Aunque este porvenir es ignoto algo es predecible. Será un futuro mestizo por imperativos raciales y podrá ser conflictivo en lo económico y político si no aceptamos esta realidad y la encaremos positivamente. Las cifras del último censo cubano muestran que la isla tiene esta población: 51% mestiza o mulata; 11 % negra; 1 % china y 37 % blanca o europea. Hay cerca de 1,200,000 cubanos en el extranjero y calculo que el 95% son de procedencia europea. ¿Será fácil la potencial integración de parte de este grupo a la política de Cuba? ¿Se hablará de la necesidad racista de blanquear a la isla? ¿Por qué? Hoy este escrito tal vez sea visto, por algunos, como exagerado, de mal gusto y hasta divisorio. Sucedió algo similar, hace cien años, y están escuchándose ahora susurros de miedos del pasado. ¿Por qué no estudiar la realidad y salir al paso a lo negativo? El desconocerla no hará que desaparezca y, surgirá en el futuro en un momento de ánimos candentes. ¿Por qué no hacerlo cuanto antes?

Hay que anticipar que desaparecido Fidel Castro "Cuba se abra al mundo" y reanude, en todo lo posible, sus relaciones políticas con los Estados Unidos, principalmente. Desaparecido Castro, lo más probable es que su gobierno sea substituido, inicialmente, por un grupo de civiles apoyados por los militares. A este grupo de gobernantes, muy probablemente, los Estados Unidos lo respaldará y, en señal de aprobación, levantará el embargo económico existente. Esta ayuda, más otras que se crea conveniente en forma de créditos, serán condicionadas a cambios políticos y sociales. Esto está ya en la legislación de esta nación. Lo cual indicará claramente que los legisladores estadounidenses tratarán de condicionar el comercio y ayuda a ciertas normas de su política nacional: esto es lógico. Se tratará de mejorar las condiciones de vida de todos los cubanos y habrá polémicas al respecto. Ya que los congresistas blancos y negros estadounidenses tratarán de imponer su criterio político y social desde una perspectiva anglosajona.

Lo antes citado es advertencia que desde muy temprano hay que evitar que los Estados Unidos definan la agenda social de Cuba a su manera. Los cubanos de la isla y del exterior no debemos sucumbir a fórmulas de soluciones de conflictos sociales basadas en prácticas ajenas a nuestra experiencia histórica. Recordemos, ésto no es nuevo en la historia de Cuba. En 1895, al firmarse el Manifiesto de Montecristi, José Martí tuvo que abordar valientemente el penoso y candente tema racial cubano que había sido inflamado por españoles y estadounidenses. Este complejo tema debe ser resuelto en forma y ámbitos cubanos sin utilizar fórmulas foráneas.

Tampoco se puede ignorar un tema tabú en Cuba: los homosexuales. Sí, hay represión contra este segmento de la población en Cuba. Esta hay que erradicarla, pero no busquemos la respuesta en los gays estadounidenses: el problema es cubano y la solución tiene que ser cubana. Enfrento este delicado tema porque es justo él hacerlo y sé que va estar en el candelero político cubano. Hasta los más conservadores republicanos en Estados Unidos han tenido que abordarlo abiertamente.


Nacionalidad y Voto

Otro tema de posible conflicto es el integrar a los cubanos del exterior a la vida económica y política de la isla. Naturalmente, al principio, se discutirán las motivaciones que animaron el abandonar o quedarse en la isla y habrá un debate de supuestas culpas: estéril y transitorio. Pero, la realidad es que los conocimientos, poder económico y político de los desterrados serán de gran valor a Cuba y es impensable prescindir de ellos. ¿Cómo integrar un grupo poderoso a otro que lo necesita y recela de él a la vez? La controversia será principalmente respecto a la nacionalidad y el derecho al voto. Anticipo que este tema será candente, prolongado y de no fácil solución. Habrá que educar al pueblo en sus muchas implicaciones. Ejemplo, la alcaldía de La Habana o la presidencia de Cuba podrán decidirse en Miami, pero no al revés. ¿Complicado?

Todo lo relacionado a la ciudadanía y sus derechos tendrá que debatirse públicamente en forma extensa y apropiada para su comprensión. Es tema requiere mucho pensamiento. Habrá que revisar los casos de Israel y la República Dominicana entre otros países que ya han avanzado al respecto. Hay que esperar que se estudie una forma de política transnacional para legisladores que residan parcialmente fuera de Cuba y tengan voz y voto en los asuntos del país. No digo que esta es la solución, pero ya México ha lidiado en esta plaza. Estamos hablando que La Habana y Miami aunque ahora no se consideren así, son ciudades hermanas y formarán parte de un binomio político-económico. Es más fácil trasladarse de Miami a La Habana que de esta ciudad a Camagüey, habrá personas que dormirán en una ciudad y trabajarán en otra. Hay que acostumbrarse a la idea; esto ya sucede en Estados Unidos y Europa.

Finalmente, encontraremos quienes digan que los cubanos de la isla protestan después que Castro salió de la escena, que si lo hubieran hecho antes su dictadura no se hubiera prolongado tanto. Argumento improductivo, es mirar al pasado buscando culpables, cuando se abre un debate sólo es pertinente lo que se discute, lo demás carece de relevancia. Recordemos, otra vez, Cuba al principio de la República tuvo que encarar algo similar.


Agentes de Influencia o Cabilderos

Cuba en época colonial, desde las décadas del medio siglo XIX, mantuvo en Estados Unidos excelentes agentes de influencia o cabilderos. Cuando esta isla se abra al mundo se hará una industria y carrera universitaria de este campo. No sólo para uso cubano sino también para extranjeros. El proceso ocurrirá en dos etapas predecibles: la paternalista y la profesional.

Paternalista. Un caso muy probable de suceder, ya que ha sucedido invariablemente en el pasado, es que diplomáticos estadounidenses en Cuba se declaren expertos en la isla y traten de separarla de sus legítimos hijos en alguna forma. Algunos diplomáticos estadounidenses, actualmente en Cuba, ya tienen intereses políticos y en un futuro lo ligaran a los económicos, y tratarán de impedir que cubanos en el exterior tengan voz en los asuntos de la isla. No estoy especulando, me estoy guiando por conversaciones de algunos de estos diplomáticos. Actualmente, estos funcionarios desprecian y se refieren privadamente, en forma negativa, a muchos compatriotas del exterior y de la isla. Este es el caso de burócratas que quieren jugar el papel de arquitectos, consejeros y jueces.

Muchos cubanos en la isla en el presente, aislados del exterior, ven a los actuales representantes estadounidenses en una dimensión mucho mayor que las que realmente tienen. Y, les dan informaciones y poderes que estos usarán oportunamente para sus ambiciones personales. No hay que olvidar que estos intermediarios terminarán como "brokers" de diferentes facciones. Esto sucedió después de la guerra del 1898, la revolución de 1933, cuando Fulgencio Batista en 1952 y cuando Fidel Castro llegó al poder en 1959. Y, después cuando Jimmy Carter estableció la sección de intereses en Cuba. El ego y poder de estos burócratas se alimenta de la información que actualmente poseen. Estos cabilderos, no tienen otro nombre, en la etapa paternalista de transición, tratarán de influir a Washington dando sus versiones políticas de conveniencia, desde dentro del gobierno, a sus superiores. Esto es inevitable y esperado; después, se verán limitados en su poder y tendrán que decidir si convertirse o no en profesionales de la influencia o cabildeo. A la larga no representan peligro, a la corta serán un factor muy irritante para los cubanos que estén en la política.

Profesionales. Los profesionales de la influencia y el cabildeo se encuentran y surgirán mayormente dentro de las comunidades cubano americanas. Estas personas presentan impecables credenciales académicas y políticas que les facilitarán el acceso al poder estadounidense. Montarán uno de los mejores "lobbies" en la nación que rivalizará y podrá sobrepasar al famoso "lobby" judío. Serán parte integral de la política, prensa y economía cubana. Serán personajes que no usarán máscaras tras la cual esconderse.


Emigración

No hay que ser clarividente para entender que en una Cuba sin Castro los Estados Unidos tendrá forzosamente que revisar su política de inmigración con respecto a Cuba. Por otro lado, muchos cubanos de la isla verán en la nueva etapa una mejor oportunidad para entrar a los Estados Unidos. Naturalmente, la opinión pública estadounidense no encontrará motivo para derechos especiales a los cubanos. Se suscitará el debate y esperemos que permanezca en el terreno legal y no en el político. Porque existe la posibilidad que los deseosos de venir digan que sus causas son motivadas por la política de transición imperante en Cuba. No es la primera vez que esto sucede.


Exportación de Armas y Conocimientos Militares y Policíacos

Cuba después de Castro encontrará que es una nación super armada para la paz. El desarme será deseable y necesario. Pero, habrá quienes vean en estas armas fuentes de enriquecimiento para militares principalmente. Se citará lógicamente el caso de la floreciente industria de armamentos de Israel. ¿Por qué no proveerle a Latinoamérica, en su idioma, ayuda militar rusa? Por otro lado, los cubanos encontrarán una industria aledaña en la asesoría de inteligencia: militar y policial. ¿Quién podrá discutir los conocimientos de los cubanos en estas áreas? Estamos hablando de una industria billonaria y atractiva que podrá ser fuente de capital y empleos. Sin embargo, el precio político a pagar podrá ser muy caro.

No menciono el caso de los que buscan compensación a lo perdido económicamente en Cuba porque sería entrar en una polémica interminable: puede encontrarse fórmulas que satisfagan a la gran mayoría. Curiosamente, ésto es lo que más preocupa a muchos, no obstante no es asunto que quite el sueño. La compensación por los bienes perdidos debe hacerse por justicia y obligación internacional. Es asunto de poner en práctica una legislación apropiada que señale como hacerlo. Hay muchos precedentes históricos en que basarse.

Los párrafos anteriores deben estudiarse serena, pero prontamente antes que la caja de Pandora se abra. Es mejor prepararse para lo que pueda evitarse, con buen planeamiento y legislación apropiada en el momento dado. Parte de los esfuerzos de la Segunda Guerra Mundial se concentraron en evitar problemas después de su final.


FIN


Marcelo Fernandez-Zayas
12 de agosto de 2000

wpais@cais.com


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