LOS PELIGROS DEL STATUS QUO

Por Mario J. Byrne


Las democracias, casi por definición, tienen dificultades para moverse. Dictaduras personalistas como la de Castro ( para sólo citar una ) suelen tomar decisiones rápidas y contundentes por la sencilla razón de que el tirano no tiene que rendirle cuentas a nadie. Los Estados Unidos tal sean el mejor ejemplo de esa lentitud vacilante cuando se trata de adoptar medidas decisivas. Aquí existe la filosofía de “don’t rock the boat” y por ende, la tendencia a mantener el “status quo”. Todo esto agravado, en el caso norteamericano, por un profundo desconocimiento de otras culturas y sus posibles actitudes hacia este país. Es la política de “we'll cross that bridge when we get there” la que conduce a lo que en inglés se llama “procrastination” y a situaciones como las que hoy confrontamos con Corea del Norte y la que, perdonéseme por acercar mi sardina a la brasa, podemos muy bien confrontar con Castro o sus sucesores en un mañana que pudiera no estar muy lejano.

Hagamos un poco de historia. La guerra de Corea, que empezó Stalin y terminó Truman, fue la primera vez en que los Estados Unidos participó como parte principal en una confrontación bélica que no terminó en victoria para este país (si excluímos la algo dudosa victoria sobre los británicos en 1812). Ante el flujo de centenares de miles de chinos, que Mao echaba por delante y que casi superaron la capacidad letal de las ametralladoras calibre .30 , el general MacArthur concibió una idea radical, pero que no dejaba de tener méritos: cubrir la frontera entre China y Corea con una serie de explosiones nucleares que crearan una barrera radioactiva entre los dos países.

De esta manera y por muchas décadas para el futuro, la frontera sería impasable so pena de envenenamiento por radiación, lo que efectivamente terminaría con el expansionismo comunista en Corea, dando al traste, de paso, con la dictadura de Kim Il Sung. La iniciativa fue demasiado para Truman, quien prefirió cesantear a Mac Arthur y negociar la paz con los chinos y los norcoreanos.

Es probable que Truman nunca hubiera soñado con la naturaleza hereditaria del régimen norcoreano y mucho menos con la capacidad de ese país paupérrimo para fabricar armas nucleares y cohetes intercontinentales. Se mantuvo el “status quo ante”, Corea siguió dividida y de nada valió que treinta mil estadounidenses dieran su vida en aquel conflicto.

A lo anterior hay que agregar la mentalidad coreana . Kim Jong Il, podrá estar loco, pero eso tiene poca importancia. Lo cierto es que , junto con su padre, ha fabricado un país de autómatas en él que la gente se divierte o llora de acuerdo al argumento. Me contaba René García, quien capitaneó el avión que llevó a Mobutu Sesse Seko a Pyonyang, que los norcoreanos reunidos en perfecta formación por centenares de miles en la plaza central de esa capital, pasaban inmediatamente de la desesperación y el llanto al decirles los altoparlantes lo delicado de la salud de Kim Il Sung, a la alegría más desbordante cuando se les recordaba que el sucesor estaba disponible y preparado para asumir el poder. Ese automatismo no lo ha logrado ni Fidel Castro. No importa que el Taepondong II haya explotado a los 42 segundos del lanzamiento. Lo grave es que lo lanzaron, junto con otros seis proyectiles de menor alcance, a pesar de las advertencias . Para hacer el desafío más evidente, el “Querido Líder” escogió la fecha del 4 de Julio…

Lo peor es que estamos llegando al punto en que las armas nucleares parecen haber llegado a convertirse en la mejor garantía, no sólo de supervivencia sino, de ventajas económicas, para tiranuelos antioccidentales. Kim Il Sung está lejos, pero Castro y sus perros están bien cerca y si el “Querido Líder” le extiende un desafío a los Estados Unidos en cuanto a la fecha escogida para lanzar sus cohetes, puede también desafiarlos vendiéndoselos al pichón de gallego. Lo que nos lleva de nuevo al “status quo” que se mantuvo en Cuba gracias a la estupidez (o la mala fe) de John Fitzgerald Kennedy . No olvidemos que de haberse liberado Cuba cuando Bahía de Cochinos, la crisis de 1962 nunca se hubiera producido.


Fort Lauderdale, 5 de Julio del 2006.


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