¿Martí el autor intelectual del asalto al Moncada?


DIABLITOS Y ÁNGELES POLÍTICOS

por Otto Rodríguez Viamonte


Durante los últimos cien años, en el tiempo que muy bien pudiera llamarse "el siglo de los dictadores y tiranos", estos infames personajes, casi en su totalidad, taimadamente han tratado de vincularse y reclamar el apoyo de los más respetados y prestigiosos patriotas y estadistas, de sus respectivos países, pasados o presentes, y hasta supuestamente disfrutando del apoyo divino sin siquiera condiciones ni restricciones, con el obvio propósito de legitimarse antes sus co-nacionales, y por ende disminuir, si no eliminar, la posible oposición de los ciudadanos con dignidad y amor a sus patrias.

Limitándonos a los más sobresalientes y recientes casos de nuestro mundo occidental:

Mussolini en Italia: El dictador Benito Mussolini tanto trató de hacerle creer al pueblo italiano que él era el heredero y continuador del cesarismo, y de aquel glorioso imperio romano, que hasta el nombre que le puso a su sistema político, "fascismo", se deriva del latín "fasces", que era el nombre de la insignia de los cónsules romanos.

Stalin en Rusia: El tirano y genocida Iosef Stalin, quien fue un hombre de muy poca educación y carente de algún valor intelectual (cosa que para gobernar compensaba con su ferocidad y su patología de eliminar físicamente a sus enemigos, reales o imaginarios), al principio de su vida política se identificó y adoptó el apodo de un tal Koba, pequeño héroe de una novela regional, basada en un rebelde ruso blanco que luchó contra la dominación e injusticias de los cosacos. Después, (sin duda asesorado por ese tipo de intelectuales que siempre colabora con los tiranos), pretendió relacionarse y ser el continuador de los más grandes y populares zares de la historia rusa: Pedro "el grande", y Catalina II.

Hitler en Alemania: Con la instalación en el poder de Adolfo Hitler y sus nazis, la propaganda política toma un nuevo curso de ciencia y arte. Estando dirigida por el genio malévolo Dr. Joseph Goebbels, entre otras actividades propagandísticas, los nazis no sólo tratan de vincularse con el muy admirado que fué emperador, Federico "el grande", al igual que con el respetado y reciente Kaiser (canciller) Otto von Bismarck, sino que, como si esto fuera poco también se auto titulan los continuadores de los legendarios caballeros teutónicos de antaño, y los herederos de la súper raza, representada en la mitología nórdica, que tanto explotó el talentoso compositor y autodeclarado antisemita Richard Wagner en varias de sus óperas. A nivel personal Hitler vivió convencido que estaba "especialmente protegido por la providencia".

Franco en España: El gallego germanófilo Francisco Franco Bahamonde, después de derrotar a los ateos comunistas y seudo republicanos en una fraticida y larga guerra civil, implantó una dictadura de derecha con la bendición de la iglesia católica. Gobernó hasta morir, según las monedas que el mismo mando a acuñar, "por la gracia de Dios".

En algunos de nuestros países hispanoamericanos cansados ya de más de quinientos años de conquistadores, virreyes y capitanes generales en su gran mayoría corruptos y brutales -nuestra funesta herencia militarista;- de dictadores militares nativos, y de presidentes electos democráticamente que, habiendo ambos encontrado en la corrupción oficial el denominador común, ahora eligen o apoyan tácitamente a algunos nuevos líderes cuyos reclamos al poder no son las posibles virtudes de ellos, sino los tremendos fracasos de sus anteriores gobernantes, combinado esto con las promesas huecas y engañosas de los comunistas, ya sean estos manifiestos o encubiertos.

Trujillo en República Dominicana. Este tirano de opereta, Rafael Leonidas Trujillo, que gustaba de exhibirse en público con el pecho lleno de medallitas (otorgadas por él mismo, por Hitler, Mussolini, el Vaticano, los Estados Unidos, y otros dictadores contemporáneos), y con un ridículo sombrero coronado de plumas, como las de aquel héroe espartano de la Grecia clásica Leonidas, llegó a instalar en la capital, la entonces Ciudad Trujillo, un gigantesco letrero lumínico con el lema "Dios y Trujillo".

Chávez en Venezuela: El caso del coronel golpista fracasado anteriormente Hugo Chávez, es uno en que él tomó un riesgo calculado yendo a elecciones populares "disfrazado" de Bolívar y como reconocido discípulo y títere del tirano Fidel Castro. Literalmente compró las elecciones repartiendo entre las clases pobres millones de los caídos del cielo petrodólares venezolanos. ¡Que una lata de leche para un niño puede más que el concepto teórico de algún derecho humano violado!

Ortega en Nicaragua: Daniel Ortega y sus comunistas, malos discípulos de Castro, se hacen llamar "sandinistas" pretendiendo así establecer vínculos, en los ojos de los nicaragüenses, con aquel mártir nacionalista César Augusto Sandino, ejecutado por el dictador de derecha "Tacho" Somoza. Ahora "electo" presidente gracias a maniobras y pactos siniestros, y supuestamente convertido al catolicismo, ha logrado Ortega hasta el endorso de su antiguo némesis el Cardenal Obando Bravo; una novedosa y efectiva táctica después de haber perdido tres elecciones consecutivas. Y "¿cómo reconocer a un lobo en ropajes de oveja? por sus frutos lo reconoceréis", nos dice Jesús.

Evo en Bolivia: Este indio aymara, Evo Morales, cuyo único "merito" para haber sido electo presidente es el haber sido líder sindical de los sembradores de coca, reclama para sí la protección de los dioses de esas tribus de indios. Todavía no se le ha ocurrido tener ascendencia con los héroes indios Hatuey, Bogotá y Tupac Amaru.

Castro en Cuba: Muy poco tiempo después de instalarse en el poder, y en adición al comienzo del terror político aprendido de Stalin y sus soviéticos, el tirano Fidel Castro ordena la creación del "Centro de Estudios Martianos", con el sólo propósito de pretender identificar a José Martí, sus pensamientos y doctrinas, con la naciente revolución. Para hacerlo tergiversan virtualmente todo lo más importante que escribió y dijo el Apóstol, quien en más de una ocasión atacó con la visión de un profeta a la entonces teórica doctrina comunista. Para ello se han valido el presente "gobernante" y su camarilla de dos premisas o lemas oficiales ideados por aquel infame Dr. Goebbles: #1: el harto conocido principio de que "una mentira repetida muchas veces llega a aceptarse como si fuera verdad" (de lo cual es un ejemplo uno de los lemas preferidos del gobierno cubano, a saber: "Martí es el autor intelectual del ataque al Cuartel Moncada"; y #2: el generalmente desconocido: "las medias verdades, precisamente porque contienen un elemento de verdad, son más engañosas y dañinas que las simples falsedades", (de lo cual es otro buen ejemplo el muy recurrido tema de la tiranía: "Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano; no fundó dos o tres partidos, sino solamente uno; por lo tanto solamente puede haber un solo partido, el PCC") o "Partido Comunista Cubano"; lo cual es otra percepción de lo que en realidad es "Partida de Criminales Comunes".

Pero además, el plan incluyó también otro propósito aun más diabólico y efectivo: eliminar, o por lo menos neutralizar, el dedo acusador de Martí contra no sólo el comunismo en particular, sino también contra cualquier tipo de totalitarismo y violación de las libertades; por lo que él, Martí, vivió.

Tal y como vaticinara el gran pensador y analista español José Ortega Gasset en 1924: "En todas partes se pasará por situaciones dictatoriales que son una irremediable enfermedad de la época y el castigo condigno de sus vicios". Lo único que le faltó fue los novedosos métodos que utilizarían.



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