José Martí, 1853-2002

El 28 de éste mes de Enero se cumplen 149 años del natalicio del más grande de todos los cubanos: nuestro Apóstol José Julían Martí y Pérez.

En ese día nació un hombre grande, como pocos han nacido en este mundo. Un hombre que no perteneció a nadie porque nació libre y ni los grilletes que lastimaron la ingle y el tobillo pudieron presumir de haberlo preso, porque con las alas de su pensamiento viajó a traves de mares y montañas y le gritó a el mundo en el oido que solo valía la pena vivir nuestra existencia si se respira en completa libertad.

Nació en Cuba porque en algún lugar tenía que nacer. Lo poco que vivió lo vivió por Cuba, dando también su vida por ella. Fué amigo íntimo de la dignidad, de la honradez, de la moral y amó por sobre todas la cosas la fidelidad y el patriotismo. Combatió bajo todos los cielos y su pluma fué espuela en el ijar de los tiranos.

Su verbo, sentencia implacable a la injusticia. Su valor, suficiente como para librar la batalla necesaria. Su amor, consuelo para los menesterosos. Sus dolores, la impotencia de no tener los medios para liberar su patria y la desunión de los cubanos. Sus temores, temor a temer y a un tirano de etiqueta casera. Su legado pleno y fácil de entender por contundente.

Sus ideales libertarios y democráticos son renglones profundos como los oceanos; pero claros como el más brillante de los soles. Sus metas, democracia y paz para el mundo y libertad incondicional para Cuba.

Su historia, imposible de repetir.


FIN


Rafael Barreto

Este y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

www.amigospais-guaracabuya.org


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