¡NOSOTROS TODOS SOMOS MIAMI!

Por Ralph Rewes


Imagen de los medios de comunicación

Era una niñita con la carita sucia, ojos tristes y grandes. Sostenía contra su vestidito sucio a una muñeca sucia. Era foto de primera página para apoyar el tema de un artículo sobre la pobreza donde se le pedía la ayuda económica a una sociedad insensible.

Si analizamos la foto con más cuidado, nos damos cuenta de que no simbolizaba pobreza sino abandono. Un ojo avizor enseguida hubiera captado, a la derecha de la niña, una llave de agua abierta, desperdiciando el precioso líquido. Aquella llave simbolizaba ineptitud y abandono. La insensibilidad de la sociedad comenzaba allí mismo en la mugre de los padres. La niñita no tenía por qué tener ni el vestido ni la muñeca ni la carita sucia. No estaba abandonada por la sociedad, sino por sus propios padres.

Nuestros medios de comunicación frecuentemente colocan la conclusión antes de hacer el análisis y es común que los reporteros tiendan a forzar su opinión en los lectores demasiados ocupados para pensar por sí mismos. La muchachita pobre es un ejemplo típico.

El Condado de Miami-Dade, el sur de la Florida, Miami o como se le quiera llamar a este rastro de recuerdos étnicos necesita desesperadamente no sólo de los políticos elegidos, sino más importante aún de sus propios ciudadanos. Nuestros medios de comunicación necesitan reorientarse para cubrir también nuestros más preocupantes problemas.

No hay nada de malo con interesarse en las cosas internacionales, pero demasiado es demasiado. No vivimos ni Cuba, ni en Haití, ni en Israel ni en Sudáfrica. Sería fantástico que la libertad se reinstaurara en Cuba y Haití, que Israel tuviera su existencia asegurada y que la igualdad (de todo tipo) predominara en Sudáfrica. Pero es atemorizante que nosotros aquí elijamos mandatarios simplemente por la opinión, cuestionable, que las políticas den sobre esos temas. Cualquiera puede mentir fácilmente.

Fidel, Mandela, Sadam o Aristide no son la regla con la cual medir la solución de nuestros problemas regionales. Asusta pensar que aquí se elija a alguien por decir veinte veces al día que Fidel Castro es un tirano - vamos, los que no lo saben todavía, saben bien lo que ellos son.

Tenemos muchos conflictos que pudiéramos resolver mejor si los seguimos con cuidado y de forma agresiva buscamos las soluciones. La prensa, la radio y la televisión pueden ayudar mucho. Los medios de comunicación en español tienen tremendo colorido presentando todo lo bello del Mundo Hispánico, pero raras veces presentan lo deteriorado de nuestro condado o los problemas de aquí (excepto la política, Fidel Castro y la inmigración). A los medios en inglés parecen no importarles nada más que los asesinatos y escándalos. Muchas cosas necesitan de nuestra atención:

  • Nuestros barrios se deterioran rápidamente.
  • Los códigos de salubridad pocas veces parecen aplicarse: hay docenas de mercados y restaurantes mugrientos en Dade que hacen del comer una práctica peligrosa.
  • Nuestras carreteras están congestionadas - a toda hora - mientras que el norte de la Florida cuenta con excelentes autopistas desoladas.
  • Se tira la basura en las calles.
  • Un gran número de letreros con el nombre de las calles se han caído y nadie los remplaza.
  • Los códigos de construcción… bien ¡recuérdese de Andrews!
  • Escapismo y el consecuente abuso de estupefacientes.
  • Vandalismo, el delito por amor al delito.
  • Pandillas de muchachos violentos, sin educación ni orientación.
  • Los animales muertos lanzados a las calles y caminos públicos son una vergüenza.
  • No se presta la debida atención al desarrollo de las artes y son las artes las que contribuyen a la disminución de la violencia.
  • El escándalo de los estéreos de las casas y autos es algo insoportable.
  • El Jackson Memorial y otras instituciones del cuidado de la salud - ¡basta!

Basta, aunque esta lista es bien corta. El revisar todos estos problemas es un trabajo fijo todo el año, veinticuatro horas al día. Pero con un enfoque científico. La mayoría de los análisis que se leen hoy culpan a alguien o alguna condición antes de que los hechos hayan sido cuidadosamente comprobados.

No solamente a los gobernantes locales tienen culpa. Sí, son parcialmente responsables, pero la mayoría de nuestros problemas corrientes tienen que ver con la indiferencia y el abandono de la gente que forma la base viva de nuestra sociedad. ¡Lava la dichosa muñeca y la cara a tu hija! Agarra un martillo, si no puedes comprarlo o pedir uno prestado, coge una piedra y clava esa madera que se está zafando, arréglale la pata a la silla, ¡zurce, limpia, no ensucies!

La gente desconsiderada parece tener voz cantante en nuestra comunidad. Son desconsiderados consigo mismos. Son desconsiderados con el prójimo - aunque se preocupan por lo que digan de ellos. En mi condominio, por ejemplo, los dueños de perros parecen no darse cuenta de la desconsideración que es llevar a los animalitos a hacer sus necesidades en áreas públicas frente a las puertas de sus vecinos. No les importa que haya niños chiquitos jugando en esas áreas junto a los excrementos apestosos.

  • A la gente parece no importarle reventarle el oído a los vecinos con su estéreo.
  • A la gente parece no importarle manejar como hicoteas o a demasiada velocidad en la carretera
  • A la gente parece no importarle ir tirando basura por donde van.
  • A la gente parece no importarle si algún vecino muere.
  • A la gente parece no importarle fumarle encima a los demás.

Si esta tendencia continúa y la gente no se da cuenta hacia dónde les lleva, el futuro de sus hijos será muy duro. Necesitamos halar juntos. Para ello, retiremos momentáneamente nuestros ojos del mundo exterior y miremos un poco alrededor nuestro.

No es un consuelo sentir que Cuba se haya convertido en un desastre, y dejar que se repita aquí. No hay consuelo en que Haití es otro desastre, y traer las causas aquí en lugar de cambiarlas allá.

Las mismas semillas producen las mismas plantas. Si se quiere buenas plantas, planta buenas semillas. Y cuando digo «semillas» quiero decir ideas. Cualquier ser humano puede implantar buenas ideas en su cerebro. Siempre hay esperanza para que una persona confundida pueda cambiar sus ideas y ver la verdad. El concepto de que «Yo tengo la razón. Tú no la tienes. Por lo tanto que te maten» sólo conduce a desastres mayores. ¿No sería mejor decir: «Creo que tengo razón. Tú crees tenerla. Razonemos para encontrar la verdad.»

Mientras tanto, al pan, pan, y el vino, vino. Pobreza es pobreza. Ser un puerco es otra cosa, hasta los ricos pueden ser puercos. Debemos aprender a ver las cosas como las cosas son y no como nosotros queremos que las cosas sean. Debemos aprender a decir y aceptar la verdad, aún cuando ésta contradiga nuestras creencias. Nosotros somos Miami. Para mejorar a Miami tenemos que empezar por mejorarnos a nosotros mismos.


FIN


Ralph Rewes
rolfruhig@comcast.net

Este y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

www.amigospais-guaracabuya.org


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