“ASÍ SON ELLOS”

Por Santiago de Juan

¡Buenos dias! ¡Buenos dias! Repitió Miguel en tono que indicaba una interrogacion y algo enojado. Era muy temprano y entendía que a muchas personas les era necesario despejarse la mente antes que esta comience a funcionar al comenzar el dia. Al notar que Sammy no le habia hecho caso alguno a su saludo, le había pasado por alto, como si él no estuviese allí, le increpó:

“Oiga, venga acá ahora mismo”..

Pero Sammy ni se dio por enterado, su cabeza alta, como que respingó mas continuó su camino, haciendo caso omiso a la voz que le requería.

“!Oye! Ven ahora mismo aquí.”

Sammy se hizo el sueco y continuó ufano, con paso firme y decidido. Cualquiera que no le conociese, podría afirmar que se dirigia a una misión muy importante donde su presencia era urgentemente requerida..... y así se alejó para adentrarse en otra habitación y perderse de vista.

A la algarabía que Miguel habia formado, sin embargo, presto pero con cierta cautela y timidez, Valentín se le acercó y se mantuvo a su lado callado pero no sumiso. Miguel le observó con cariño, y mientras suspiraba, le acarició la cabeza, con aquel pelo dócil y rubio que le alisó suavemente, recibiendo a cambio una mirada de agradecimiento y ternura, de aquellos ojos que emanaban más que nada, una lealtad incondicional. Valentín sabía que a él no le habian llamado, pero le dolió el desaire que Sammy le habia hecho a Miguel y por eso estaba él allí.

A Miguel le había molestado tanto aquello que continuaba quejandose lo suficiente alto como para atraer la atención de Antonia, su esposa, que preparaba el desayuno en la cocina y quien de inmediato le preguntó: “Y ahora, ¿que es lo que ha sucedido aquí?

“Que ese descarado, engreido, hipócrita y vanidoso de Sammy de nuevo ha hecho lo mismo” –todavia encolerizado- respondió Miguel, mientras que continuaba su protesta.

“Y tu no vengas ahora a tratar de excusarlo porque bien sabes lo que estoy diciendo es la pura verdad. Tu sabes lo que le cuido, le mimo, le traigo la comida que a él más le gusta, los juguetes que tiene regado por toda la casa. Soy quien, cuando está enfermo, lo llevo al hospital, le compro y le doy las medicinas que lo curan y mira como me paga. Es solo un hipócrita porque ¿como sí sabe venir corriendo a mi lado sin que le llame, a acurrucarse junto a mi cuando está tronando porque le tiene pánico a los truenos?”

Antonia conocía muy bien a Miguel y le dejó que se se deshagosase antes de ella hablar, por lo que su esposo continuó.

“Aquí tienes un ejemplo en Valentín. Él está aquí a mi lado sin yo haberle llamado, y es simplemente porque fue testigo del desdén que me hizo Sammy. Enseguida se acercó a mi, para dejarme saber que él si me quiere”.

Una vez que Antonia se dio cuenta que su esposo se habia deshagodado cuando, en tono suave y tranquilizador le dijo:

“Mira Miguel, un día de estos, con estos berrinches que tu te gastas, te va a dar un patatús que te va a dejar cuando menos tullido. Tu ya no eres un niño, tienes que, de una vez y por todas, darte cuenta de que Sammy es como es simplemente porque esa es su naturaleza. Él es un gato y pa ra colmo Siamés y asi son ellos, como Valentín es un perro y por eso su comportamiento.


FIN



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